lunes, 17 de junio de 2019

"LOS PAISAJES DEL ALMA" DE ANTONIO ESPADAS SALIDO


Mi amigo Antonio Espadas Salido presenta en la Sala Pintor Elbo del Hospital de Santiago una exposición de pintura, bajo el título “Los paisajes del alma”, que fue inaugurada el pasado 12 de junio y permanecerá abierta hasta el próximo 7 de julio.

Son setenta cuadros brotados del pincel de un hombre excepcional, modelo de persona y ejemplo de entrega. Antonio tiene el don de la bondad y la sabiduría, y lleva en la sangre el ARTE con mayúsculas. Antonio escribe, actúa, hace magia, crea humor, esculpe, dibuja, ilustra… y pinta.

Y al pintar transmite la esencia de sí mismo, de ahí que sus cuadros tengan el misterio de la belleza, estén llenos de luz, estallen en colores armónicos y transmitan el sentimiento limpio que fluye de su hondura.

Cada obra, cada paisaje, cada figuración es un canto a la armonía, la delicadeza y la elegancia, pero sobre todo es una carta de Amor a Úbeda, su Úbeda querida, su Úbeda sagrada. Y esta es, en el fondo, la clave de su éxito: el que las pinceladas que Antonio da sobre el lienzo no las da con el pincel ni la espátula, sino con los labios del corazón, como quien besa a una diosa a la que no sola adora, admira y respeta, sino ama con locura.

Nadie ha pintado a Úbeda más que Antonio. Él es, por antonomasia, su más grande amante pintor, hasta el punto de que entre al artista y la dama se ha ido forjando a lo largo de los años una simbiosis que nadie podrá superar en el tiempo. Antonio la mira, y Úbeda se deja mirar. Antonio la embellece, y ella se deja embellecer. Antonio la abraza, y ella se deja abrazar. Antonio la asciende a los altares, y ella lo asciende a él dándole ánimos, ilusión y vida, larga vida.   

De ahí que nuestro artista, pese a tener 86 años, siga adelante, continúe creando, concibiendo, admirando a su Ciudad, grabándola en su interior donde soñarla para después plasmarla en la tela blanca de la infinitud y mostrárnosla, no ya como es en realidad, sino como Antonio la ve, como Antonio la siente, como Antonio la vive.

Y esto es lo que nos cala al contemplar sus cuadros, esto es lo que nos llena y admira, esto es lo que nos impresiona. Es por ello que, como genio que es, Antonio Espadas haya titulado a su obra: “Los paisajes del alma”, porque lo que nos da y nos regala no son los paisajes de Úbeda, sino, en definitiva, sus propios paisajes, en los que hay grandeza espiritual, claridad sublime, vida eterna… De ahí que incluso sus nocturnos, tan maravillosos, tengan la luminosidad, el fulgor y la lumbre capaz de incendiarnos las pupilas y ardernos el corazón hasta abrasarnos.

Gracias, querido amigo, por darnos tanto. Enhorabuena.      

sábado, 1 de junio de 2019

EL SORPRENDENTE TRIUNFO DEL GRUPO SOCIALISTA DE ANTONIA OLIVARES


Un total de 27.703 personas estaban llamadas a votar en la ciudad de Úbeda en las pasadas elecciones municipales. De ellas, 9.596 se quedaron en casa. Votos en blanco fueron 134. Y nulos, 139. El resto, 17.834, se repartieron de la siguiente manera: Iniciativa Popular Ubetense, 164 votos. Izquierda Unida Andalucía, 256 votos. Andaluces por Úbeda, 278. Podemos Úbeda, 532. VOX, 793. Ciudadanos, 850. Partido Popular, 3.470. Y Partido Socialista Obrero Español Andalucía, 11.491.

Estos datos numéricos han dado lugar a cinco concejales para el PP y nada menos que dieciséis para el Partido Socialista. El resto de las fuerzas políticas: cero concejales.

Algo sorprendente. Ni los más optimistas partidarios del socialismo ubetense pudieron en sus sueños llegar a tanto. Y menos todos los demás ubetenses llamados a las urnas. Bien es cierto que se sabía que doña Antonia Olivares Martínez las ganaría y con mayoría absoluta. Pero también es cierto que los más estudiosos del tema, en relación con elecciones anteriores, andaluzas y nacionales, daban resultados más repartidos. Algo así como once concejales para el PSOE. Cuatro para el PP. Tres para Ciudadanos. Dos para VOX. Y uno para Podemos o Izquierda Unidad.

Sin embargo, nada de eso. Casi todos los votos para el PSOE. De tal manera que los resultados han sido históricos, impresionantes, excepcionales. Y cuando estas mayorías se dan en algún sitio no cabe otra cosa que pensar que no son fruto de la casualidad, y menos si se tiene en cuenta que, al compararse con las europeas, el mismo día, el partido socialista perdía 3.431 votos, mientras todos los demás, de cuantos se presentaban en Úbeda, aumentaban ampliamente su porcentaje. Aquí, en conclusión, se ha tenido que hacer una gestión seria. Aquí se ha tenido que trabajar. Aquí se ha sudado sobre el campo de batalla de cada día. Y no desde la individualidad. Un éxito tan asombroso no puede ser fruto de la labor de una sola persona, porque cuando los que rodean al líder o a la líder son unos impresentables e ineptos, el pueblo deja de votar a la candidatura por el enfado o la aversión que les provoca los susodichos, así la encabece el genio de la lámpara.

Aquí, en definitiva, se han tenido que hacer muy bien las cosas. Y eso en nuestra ciudad no es fácil de reconocer. En Úbeda no somos de dar notas altas a nada de lo nuestro y menos mantenerlas a lo largo del tiempo. En verdad somos más dados a jugar al saque del tenis. Nos gusta elevar la pelota lo más alto posible para luego golpearla con fuerza contra el suelo. Doble mérito, pues, para el partido ganador. Triple mérito en cuanto la pelota ha sido golpeada, una vez lanzada arriba, hacia las nubes sin dejarla siquiera caer unos centímetros. Y esto se merece un cuadro, una pintura propia de la más alta escuela del Renacimiento, un monumento a la excepción.

Y no hay que darle más vueltas ni buscar más análisis a los resultados. Antonia Olivares ha trabajado y ha sabido vender su trabajo. Ha sido cercana a la gente y abierta a sus necesidades. Ha usado con maestría su mano derecha y sobre todo la izquierda. Ha sabido estar con los incrédulos y con los creyentes. Se ha esforzado en ser tolerante, sencilla y humilde. Y se ha dejado querer desde su palabra serena, su sonrisa permanente y su cara angelical, hasta el punto de ser conocida por el pueblo entero, y no desde la desconsideración, sino desde el respeto, por Toni.  

Y todo esto, unido a nuevos miembros que se han incorporado con el afán de trabajar por la Ciudad –en la que queda todavía mucho por hacer–, dejándose el alma y la piel en una campaña muy bien montada, ha hecho que le miel se ponga sobre las hojuelas y los resultados salgan exquisitos, de dulce, de caramelo.

Y como de caballeros es reconocer los hechos y ver la luz sobre las sombras, no queda otra que, como en los reinos antiguos, ponernos a disposición de quien nos va a gobernar y felicitar a la ilustre alcaldesa y su grupo de concejales. Felicitando también, pese a los resultados, al grupo Popular por aguantar bajo la tormenta sin hundirse, el barco que otros, anteriormente, dejaron haciendo aguas. Y agradecer a todos los demás grupos perdedores el esfuerzo y las ilusiones puestas, y sobre todo la generosidad y la valentía de presentarse cara al público ubetense siempre tan exigente y tan recatado que dijera Eugenio d’Ors.

Enhorabuena a todos.