
Que los medios de comunicación nos manipulan lo saben hasta
los más ingenuos. Muchas veces, con noticias falsas. Otras, con medias
verdades. Las más, adulterando contenidos. Y claro, nos manejan, nos dirigen, nos
utilizan, nos hacen pensar y actuar como ellos quieren… Basta que necesiten
hacer fructificar una idea, imponer una forma de comportarse o venderte un modelo
para que lo consigan en un par de telediarios y tres programas cualesquiera de
la televisión.
Y si esto lo he pensado siempre, ahora, definitivamente, me
lo ha confirmado un familiar mío con el que hable la noche del atentado en
Barcelona. Me contó que llegó cerca de la zona de las Ramblas después de
enterarse del suceso… “Mira, la gente estaba que trinaba, rabiosa…” Y me relató
que al pasar por una de las calles había allí un equipo de televisión de una
cadena conocida con una reportera a pie de calle entrevistando a muchos de los
que pasaban…, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos. Y, según me seguía
contando, no había quien no despotricara contra los terroristas, los musulmanes
en general y los políticos. Todos los entrevistados, en el rato que él estuvo
observando, se mostraban enojados, doloridos, irritados. Allí, frente a la
cámara, se decían cosas como que si las izquierdas y las extremas izquierdas apoyaban
a los musulmanes dándoles de todo y dejándoles construir mezquitas, al tiempo
que van recortando y atacando todo lo que huele a cristianismo, desde la
navidad a la semana santa…, es porque son votos, muchos votos seguros… Que si
Podemos no quiso firmar el pacto antiyihadista, aparte de porque les da votos
también, porque tiene la boca cerrada por el dinero recibido de países islámicos.
Que los musulmanes que delinquen sean expulsados. Que son unos traidores que
así de mal nos pagan, después de acogerlos y ayudarlos… Que no hay derecho a
esta forma de actuar. Que ya veríamos como, habiendo en España millones de seguidores
del Islam, no saldrían a la calle en manifestación a protestar con firmeza contra
los yihadistas, ni tampoco veríamos que exigieran a sus países de origen la
correspondiente libertad de que allí se puedan construir iglesias y las mujeres
no sean perseguidas por la forma personal de vestir o de actuar... Que si toda
la culpa la tienen los políticos que en lugar de trabajar para solucionar los
problemas los crean, para así vivir mejor del cuento…
Comentarios, la inmensa mayoría, agrios y duros… Comentarios
a pie de calle grabados para luego, el realizador o director seleccionar y
poner en pantalla lo que interese… Pues bien, sabe cuál de ellos fue el elegido…
Les cuento: mientras se daban noticias e iban apareciendo imágenes inconcretas
de lugares solitarios, de jardines a la sombra, de las Ramblas sin que se vean
jamás las víctimas, porque eso puede herir la sensibilidad de los pobres y
sensibles espectadores, cuando –otra forma de manipulación más– no dejan de saturarnos
diariamente hasta anestesiarnos con películas del tres al cuarto, llenas de
secuencias violentas, masacres, mutilaciones, sangre y terror… Mientras salían imágenes inconcretas de
lugares –decía–, de repente apareció la reportera a pie de calle preguntando a
una señora entrada en años que, en tono sereno y pausado para que se le entendiera
bien, respondía: “Este atentado de
Barcelona, como antes los atentados en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y
otros lugares, es una barbaridad, todos son una barbaridad, vengan de donde
vengan…, los hagan quienes los hagan, así sean musulmanes como cristianos…”
Y es que claro, no había caído yo, los atentados terroristas
con inmolación incluida llevándose por delante en nombre de no sé qué dios a miles
de inocentes, lo hacen unas veces los musulmanes y otras los cristianos, alternativamente,
según va tocando, de oca a oca y tiro porque me toca…
¡Pura manipulación! ¡Indigna manipulación! ¡Asquerosos
manipuladores!