jueves, 20 de octubre de 2011

DE VUELTA

Después de una larga travesía por elevaciones de trabajo, de actos realizados, de despedirme de mi hija “IBIUT” hasta siempre en mi corazón, de andar infinidad de veces por caminos solitarios viendo el valle y Úbeda a lo lejos..., quiero volver a esta isla mía este sencillo blog, para seguir escribiendo cuanto brote de mi alma y de mi mente..., y por el simple placer de hacerlo.

            Ya han pasado las fiestas ruidosas y de olores grasientos, de mucho alcohol y poca reflexión, de aglomeraciones sin sentido, de sacar fondos para parafernalias, de muchos brillos para mínimos alumbramientos de inteligencia... Fiestas para las juntas que luego desembocan en no pocas críticas y maledicencias... Fiestas que respeto por lo que tienen de tradición, de escasa tradición que nos viene de antaño, de cuando más que la superficialidad de la juerga, se daba la profunda convivencia de saborear por unos días la alegría que les estaba vedada el resto del año, la riqueza de gastarse los sacrificados ahorros que con tanto esfuerzo se iban guardando en una alcancía de barro, gota a gota, moneda a moneda..., de saborear gozosamente lo que el hambre y la necesidad no les dejaba saborear casi ninguna otra fecha, la satisfacción de estrenar una humilde ropa que les hacía dignísimos después de haber vestido por meses enteros tantos pantalones con piezas, zapatos con cerros de algodón en las punteras y camisillas descoloridas que se lavaban por la noche para que te volvieran a vestir por la mañana.

            Adiós, en definitiva, a las ferias cansinas de sevillanas y músicas ruidosas que te dejan afonías y dolores de cabeza... Adiós a la Feria de la ferias de cada jornada, donde nos puede faltar de todo menos la visita al bar de la esquina, el restaurante, las raciones, el pub, la heladería, la confitería, los churros con chocolate, el frigorífico lleno... Adiós al calor del buen tiempo... Y bienvenidos a la triste realidad del frío de los meses largos, de los pobres envueltos en cartones, de los comedores de Cáritas, de parados en las plazas, de niños camino del siquiatra, de vagabundos dirigiéndose a ninguna parte... Bienvenidos a la fiesta cotidiana de la realidad sin luces de colores: en la que muchos viven la vida..., pero muchos también, demasiados, viven la muerte.

1 comentario:

  1. ¡Que bien expresas la sinrazón de la diversión por la simple diversión!...,
    para luego volver a la triste realidad..., a ver transistar a los sin techo, a los que pasan a nuestro lado y le damos más de lado..., asi es la vida y asi será mientras no lo remedie los que lo tienen que arreglar...

    Un abrazo José

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