jueves, 10 de abril de 2014

DE LAS MENTIRAS Y EL HOTEL DE SUPERLUJO

No sé ustedes, pero yo he llegado a la conclusión de que la misión de nuestros políticos no es otra que la de engañarnos, conclusión a la que ya en el siglo XVIII llegó Voltaire, cuando dijo que la política es el arte de mentir a propósito. Nos dicen ellos que el paro disminuye y que los brotes verdes son árboles. Pero no es verdad. El paro es menos porque son cientos de miles los inmigrantes que han abandonado España para regresar a sus países de origen, y cientos de miles los jóvenes que, cargados de títulos, masters y conocimiento de idiomas, han emigrado por diferentes países del mundo en busca de un pan que aquí se les niega. Cualquier joven que pasa unos meses recostado en un sofá, cansado ya de echar currículos que, conforme se dejan, van a la papelera, no tiene más remedio, si no quiere volverse loco o convertirse en una momia, que el de salir fuera, aunque sea a la aventura. Yo he visto cómo en un centro comercial de Cash & Fresh en Córdoba, abierto al público hace muy pocos días, aparecían, para cajeros y empleados de servicio, infinidad de currículos en el que algunos solicitantes hacían constar que sabían tres idiomas. ¡Qué tremendo!
 
            Y de nuevo la prueba la tenemos aquí mismo, en nuestra ciudad. En donde con motivo de la próxima apertura del Hotel de lujo Palacio de Úbeda, se han recibido, con el fin de obtener un puesto de trabajo, nada menos que más de 11.000 solicitudes para tres o cuatro decenas de empleos. Un hotel que será la joya de la corona de los ricos, que, por cierto, debido también a la crisis, todavía son más ricos que antes, en cuanto a que quien más tiene en tiempos de miseria más poderoso es, pues se aprovecha de la bajada de los precios, especialmente de los inmuebles, y se aprovecha, desde sus negocios y empresas, de los bajos salarios; y sin protestar, oiga, porque hay esperando en la puerta una fila interminable que da tres vueltas a la manzana.

            Me alegra que en Úbeda se abra un hotel así, un hotel boutique cinco estrellas gran lujo, de este modo veremos coches impresionantes por nuestras calles y sabremos lo que son señoras y señores de verdad. Y por todos sitios se hablará de que en el lugar donde no hace mucho había un convento y colegio de monjas, ahora hay termas romanas con el confort del siglo XXI, y habitaciones y suites asombrosas con sorprendente decoración personalizada, y manjares exquisitos de alta cocina… Y más. Tanto que, hasta la Iglesia, siempre al lado de los pobres, le cederá el templo de San Pedro para que en ella se realicen actos culturales y religiosos. No sea que los pudientes necesiten de cultos. Que ellos también tienen derecho a ir al cielo, faltaría más.

            Lo que hace falta es que tan grandioso hotel tenga éxito y sea necesario aumentar la plantilla y así tengan que emigrar menos personas al extranjero. No va a ser fácil. Úbeda es tan maravilla como enigmática y, en su misterio, es siempre imprevisible.



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