domingo, 26 de octubre de 2025

"LA COLUMNA": UN CENTENARIO GLORIOSO

En toda la historia de la Cofradía de Nuestro Señor en la Columna y María Santísima de la Caridad, se ha visto algo igual. En plena tarde misteriosa del último sábado del mes de octubre, poco antes del cambio de hora que nos introduce de lleno en el invierno, con motivo de celebrarse su primer centenario de amor infinito, ha salido a las calles  de Úbeda, a hombros de sus discípulos portadores, elegantes y señoriales, que más que sostenerlo lo acariciaban para que pareciese flotar sobre el aire, Nuestro Señor azotado, alzado en su original trono, sin más acompañantes que su propia figura, para que nadie pueda ponerse a su nivel y golpearlo con su látigo de miseria, porque ya es suficiente, porque ya se ha dado este Cristo al martirio de la flagelación por diez décadas y tiene el cuerpo y el alma en carne viva…, y ha salido para decirnos lo que en verdad es su cofradía, algo más que un grupo de hombres y mujeres que se desviven por seguirlo, algo más, toda una hermandad que brilla más que el sol y las estrellas y en la que todos los que la configuran se quieren y se ayudan, hasta hacernos decir a los que la vemos desde fuera: “¡Mirad cómo se aman!

Lo digo tal y como lo siento. Siempre me ha emocionado contemplar esta procesión, su túnica negra y cárdena la visten mis dos hijos varones y cuatro nietos, motivo suficiente como para sentir el orgullo de verlos, pese a la niebla espesa de este mundo trivial y necio, en la senda de la fe profunda y llena de esperanza.

 

La procesión conmemorativa fue excepcional. Despacio, muy despacio, porque una historia de cien años se ha de beber y saborear a sorbo lento, a dulce quietud, a pasos pequeños como queriendo no llegar a encerrarse nunca. La banda tradicional de cabecera, con la solera de setenta y cinco años y sus toques que nos hacen volver a ser niños, de negro todos, sobrecogieron los corazones. Los representantes de las cofradías columneras, llegados de toda España, supieron estar a la altura y se han llevado de nuestro pueblo una impresión y un recuerdo imborrables. Los directivos de nuestras cofradías ubetenses expusieron dentro del cortejo sus notas de unidad cofrade y armonía. Los hermanos de guante negro, con velas, en orden y en altura, en fila, pusieron las luces sobre el celemín de las conciencias. La banda del Amor, elegante como un atardecer de primavera, marcaba el compás sin estridencias… Y las mantillas. Esas damas del rosario y velo negro, con porte distinguido, vírgenes prudentes del evangelio, dispuestas dentro del cortejo a que no se les apague el candil mientras van acompañando al Esposo y a su bendita Madre. 

Y llegó la Virgen de la Caridad, majestuosa en su sencillez, portada también en su cabecera por un puñado de hombres y tras ellos un ejército celestial de mujeres con el escudo en el pecho para que todos sepan que, si bien el trono era prestado por la cofradía del Carmen, ellos y ellas lo llevaban como propio, con toda delicadeza, a la manera que se lleva un sueño en un barco de leyenda. Marcaba el paso la banda de Gracia, uniformada y disciplinada, dibujando sonidos y notas de autor que recogían las palomas de las torres de Santiago, de las murallas, del reloj y de San Isidoro para convertirlas en sutiles sinfonías heroicas. 

Y cuando finalizó la procesión, antes de que terminara todo, porque nadie quería poner punto y aparte a este jueves santo otoñal, yo me alejé, bajo la luna que quiere empezar a crecer, para mecerme en el pasado y dejarme arrastrar por la añoranza de un tiempo que no volverá, pero dando gracias a Dios por haberme hecho vivir con gozo y ser testigo, si no de cien años de una particular y bellísima historia cofrade, sí de casi tres cuartos de siglo, que no es poco. Lo suficiente como para decir hoy que, entre los cofrades columneros que ya se marcharon y dieron sus vidas sin pedir nada a cambio, y los que aún viven dando las suyas, nos han hecho vivir y han hecho vivir a nuestra Úbeda unas horas gloriosas que quedarán grabadas por siempre en su libro de oro, y de paso, quienes así lo hemos vivido, por más que pasen siglos y siglos, allá donde nos encontremos, cuando surja la conversación, podremos decir … “Pues sí, yo viví aquel primer centenario de la Cofradía de Nuestro Señor en la Columna y María Santísima de la Caridad. Yo lo viví. Y fue extraordinario. 

 

Gracias de todo corazón. Felicidades.  

 

domingo, 19 de octubre de 2025

VIRUS

Algún día lo pagaremos. Algún día nuestra sociedad se arrepentirá del virus de la locura que ha dejado adentrarse en sus venas y que solo busca llegar al corazón y destrozarlo. Algún día… 

 

Este virus, como todos los virus, es ciego, maligno, traidor y mortal. Se oculta por todos lados, es como el mismo aire que respiramos, te atrapa y se hace carne de tu carne, linfa de tu alma que asciende hasta nublarte la vista, ensordecerte los oídos, taponarte la nariz, acorcharte la lengua y endurecerte la piel… para finalmente llegar a la garganta y comprimirla hasta asfixiarte. De ahí al pulmón y, atravesando la tráquea, penetrar en lo más hondo de las entrañas hasta que solo seas un títere en manos de la esclavitud y el vacío.

 

El virus ya lo tenemos dentro. La fiebre nos tiene obnubilados. El dolor está anestesiado. El pensamiento aturdido. La voluntad averiada. La libertad perdida. Han fumigado la atmósfera de humo y apenas vemos más allá de nuestra frente. 

 

El virus está haciendo que los niños, atiburrados de juguetes, no sepan jugar ni jueguen, sean caprichosos, no salgan a la calle, se parapeten en el egoísmo; los jóvenes sean manipulados, aborregados, adoctrinados, desilusionados, dirigidos hasta en lo más íntimo; lo mayores controlados por redes sociales, por espías, por likes, por radares, por móviles, por computadoras, por cámaras, por las televisiones… Saben dónde estamos, qué hacemos, qué vemos, qué comemos, con quién y de que hablamos, que gustos tenemos, qué cobramos, cuánto gastamos, a qué lugar viajamos, qué medios usamos… 

El virus es dañino, asquerosos, crea división, odio, venganza…, te confunde, te etiqueta, te descontrola, te aplasta…, te hace verdad la mentira, te viste de colores lo que son grises, te sitúa donde le conviene, te crea guerras y conflictos, te transforma la corrupción en magia, te viste de democracia la dictadura, te presenta aberrantes ideologías como adalides de progreso, promociona la eutanasia y hasta te convence de que el aborto es un derecho, sin que se te ocurra pensar desde cuándo y con qué atribución matar a un ser humano, aunque se halle dentro del vientre de una mujer, puede ser un derecho constitucional… Y pobre de mí si no estoy de acuerdo. Anatema, fascista, retrógrado, miserable, indigno…

 

El virus además te coarta la valentía. Te ata con las cadenas del miedo, te deja indefenso y te hace sentir desamparado y en ridículo. El virus te inyecta el desamor, te desnuda de valores, te invita a la ruptura familiar, te separa de los hijos, te tergiversa el lenguaje, te comercializa las artes, la belleza, la poesía, la literatura… Te compra y te vende. Te pone trabas. Te crea grandes enemigos…. Y cuando ya te ve herido, débil, cansado…, te muestra su verdadero rostro infame y te clava sin piedad la estaca de la soledad en la conciencia.

 

El virus, en definitiva, te aparta de la vida y de Dios. Y sin Dios ya no hay medicamentos que pueda derrotarlo, ya no hay esencia para debilitarlo, ya no hay modo de vencerlo. El campo está abierto sin árboles ni barreras. Ancha es Castilla. El olor a azufre es tanto que hasta parece perfume. La muerte solo es un mal momento que no vale siquiera una misa ni una oración ni una lágrima.  

 

¡Maldita sea! El demonio ha vencido. 

martes, 7 de octubre de 2025

UN REGALO DE DIOS

El sábado, cuatro de octubre de 2025, será ya un día inolvidable y especial para mí que nunca podré borrar del corazón y me acompañará hasta más allá de la muerte.

“Magnun rosarium spei” fue para Jaén, su provincia y el mundo todo un acontecimiento que quedará en la historia religiosa por los siglos. En la capital procesionaron imágenes de varios pueblos y ciudades relacionadas con los misterios del rosario. 

 

Los Gozosos estuvieron representados por la Virgen de las Mercedes de Alcalá la Real, la Virgen de Zocueca de Bailén, la Virgen de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo, la Virgen de Tíscar de Quesada y San José de Jódar.  

 

Los Luminosos por San Juan Bautista de Los Villares, la Virgen del Collado de Santisteban del Puerto, el Sagrado Corazón de Jesús de Jaén, el Cristo Resucitado de Martos y la Santa Cena de Linares. 

 

Los Dolorosos por La Oración en el Huerto de Andújar, el Cristo de la Columna de Úbeda, el Cristo de la Humildad de Alcaudete, Nuestro Padre Jesús “El Abuelo” de Jaén y el Cristo del Consuelo de Cazorla. 

 

Los Gloriosos por el Resucitado de Linares, el Resucitado de Jaén, San Bonoso y San Maximiano de Arjona, la Virgen del Alcázar de Baeza y la Virgen de la Capilla de Jaén. 

 

Partieron los pasos de la calle Virgen de la Cabeza hasta llegar, abriéndose paso a través de una enfervorecida multitud de personas, a la plaza de Santa María, para situarse frente a la fachada de la Catedral. Cada entrada solemne, envuelta en los cánticos del Coro y Orquesta MusicAlma de Linares y Coro Ciudad de Jaén, fue una explosión de emotividad y gozo que conmovió la tarde-noche. 

 

Para mí fue especial la llegada de La Columna, con paso sereno y esplendoroso… Me conmovió el alma hasta hacerme llorar, predisponiéndome de paso para vivir en el corazón las palabras que había escrito a lo largo de muchos meses. 

 

En la tribuna, bajo la custodia del Santo Rostro, San Eufrasio, Patrón de las Diócesis, y la Virgen del Rosario de Segura de la Sierra, presidía el Sr. Obispo de la Diócesis don Sebastián Chico y el emérito don Ramón del Hoyo, acompañados por cuatro canónigos.  

 

Una vez situados los cinco pasos de los misterios gozosos, se encargó de reflexionar sobre el significado de cada uno de ellos Inmaculada Cuesta, de Martos. Que también escribió y expuso con delicadeza y profundidad los luminosos.  

Y llegó mi hora. A mí me correspondieron, a solicitud del obispado, reflexionar sobre los misterios dolorosos y gloriosos. Y cuando los cinco grupos escultóricos referidos a la pasión y muerte de Cristo estaban expuestos, siendo ya noche total, bajo la fachada catedralicia, iluminada de colores llamativos y elegantes, todavía inmerso en el sentimiento que había brotado en lo más hondo de mí, subí al estrado y viví el momento con la consciencia de saber que estaba siendo partícipe directo de un hecho histórico irrepetible. Y reflexioné acerca de Getsemaní, de la flagelación, de la coronación de espinas, del camino al Calvario y de la muerte de Cristo clavado en la cruz. Sentí al finalizar cada uno de ellos el calor del público que abarrotaba la plaza y me sentí aún más fortalecido. Luego llegaron los cinco pasos de los misterios gloriosos. Y resucité, y ascendí, y vi bajar al Espíritu Santo y me elevé en cuerpo y alma con María y la coroné con palabras de amor incandescentes… y me sentí dichoso. 

 

Sabía, era consciente de que ya, en la última etapa de mi vida, esto venía a ser, tan solo, sencillamente, un hermoso regalo que Dios me hacía para poder morir con mayor fe. Un Dios que sabe bien que le he dedicado mi vida y a quien he amado profundamente desde mis imperfecciones, errores y miserias. 

 

Gracias, Señor, por haberme llamado y elegido para exponer a Jaén y a la sociedad presente la parte más espiritual y significativa de la Magna, esa que trasciende más allá de la espectacularidad de los tronos y su procesionar, esa que se eleva en las alas que transfiguran lo material, esa que busca sembrarse en el campo de la conciencia con el deseo de que fructifique en espigas de amor y de esperanza.

viernes, 19 de septiembre de 2025

POBRE Y DESGRACIADA PERSONA

Cada vez es más complicado escribir en España. En cuanto expones el primer párrafo ya te han catalogado política y socialmente, ya te han colgado la etiqueta de lo que vales.

Lo mismo ocurre en otras muchas artes. Frente a esta situación y mirando el panorama que nos rodea, antes de dar el primer paso tienes que pensar bien los fines, las metas que pretendes. 

 

Si alguien quiere ser honesto, coherente, justo, libre…, y crítico, y fiel a sí mismo, puede expresar su arte acerca de lo que considere, sabiendo de antemano que no llegará muy lejos ni levantará cabeza.  

 

Si lo que se pretende es llegar arriba, que te publiquen, que te subvencionen, que te abran salas de exposiciones, que te organicen conciertos, que te otorguen premios directos, que te conozcan, te aplaudan y ganar mucho dinero…, solo tienes que ponerte al día y entrar de lleno en el terreno de wokismo. No hay otra.

 

Aquí, desde hace mucho tiempo, esta ideología, que es de izquierdas, manda y se impone, aunque gobierne la derecha. Por lo que el aprendiz de artista ha de informarse bien antes de adentrarse en el mundo de la expresión y las artes. 

 

Y ha de aceptar y convencerse de que es un buen paso comenzar tratando el tema de la guerra civil, viéndola con las gafas de un solo color, donde los que no piensan a la manera de ellos, fascistas todos, son los malos malísimos. Así que una buena novela y una buena película, sería tratar el conflicto entre hermanos –por muy trillado que esté ya el tema– y dejar por los suelos a los nacionales, rebeldes, golpistas, meapilas, fachas de tomo y lomo…, y presentar con todo lujo de detalle los atroces crímenes que estos cometieron, los destrozos que ocasionaron, la sed de venganza que llevaron a cabo tras la injusta victoria, y alabar y ensalzar la grandeza de los vencidos, su valentía, su alegre guerrear, su alto amor por el bello comunismo, todos ellos grandes, todos ellos cultos, todos ellos nobles, todos ellos san…, iba a decir santos, pero no, sería un error, porque a los “santos” de madera los quemaron junto a las iglesias, que ardieron por sí solas, y a los “santos” de carne los fusilaron aunque con balas de pétalos de rosa. Las malas balas, las de plomo y terror, solo las usaban los otros que tenían que haber tragado los asesinatos, revoluciones, corrupciones y desordenes que se cometían y los resultados de las elecciones ganadas por el Frente Popular, aunque hubieran sido fraudulentas, como bien lo han demostrado los historiadores Manuel Álvarez y Roberto Villa. Ah, y que no falte en la trama el toque LGTBI, el aborto libre, el suicido eutanásico, el sexo a la primera con quien se presente, la ridiculización del catolicismo…, la avanzada ideología de género, …, soy hombre pero me siento mujer y viceversa, o mejor, no sé lo que soy, y si hay algún conflicto entre países ponerse del lado de los que odian y persiguen el cristianismo, porque antes la media luna, la estrella completa, los rapados, los naranjas, los que pasan, los que de nada entienden…, antes todo eso que la maldita cruz que solo ha traído muerte y retraso en la historia, cortando el progresismo…. Lo que, por lo visto, no ha sucedido en esas otras naciones, donde todas aquellas que se han mantenido firmes en la fe de otras religiones sin cruz y sin panes ni peces, han alcanzado las más altas cimas de la paz y del progreso, por lo que nadie de los que habitan allí quiere dejar su tierra para venir a la nuestra, la infiel occidente, tan cutre y lóbrega. 

 

Y en pintura y en escultura y en danza…, y hasta en música hay que adentrarse también en las mismas tendencias y modernismos, lo que manden los de izquierdas, que para eso tienen la superioridad moral y la patente de corso. 

 

Y mientras tanto, la derecha, vamos, los que no están tan radicalizados en lo woke, con sus muchos complejos y temores, de rodillas, como pidiendo perdón por existir y no pensar igual, o no pensar en todo igual, pasando por el aro. Y si te declaras públicamente contrario, como les ha sucedido a numerosos youtubers en América Latina y hace días a Charlie Kirk en la Universidad del Valle de Utah, en Estados Unidos…, vendrá alguien y te pegará un tiro…, por anticuado, beato, carca, retrógrado, reaccionario, fascista… y genocida. Y no pasará nada, se lo ha merecido, por tonto. 

 

Ya lo ven, queridos amigos del blog, después de leer este artículo tengo claro, ganado por méritos propios, la etiqueta que me colgaran: “pobre y desgraciada persona”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 5 de septiembre de 2025

OJALÁ NO LO SEPA NUNCA

¿Pero aquí qué está pasando? ¿Qué ocurre con los mal llamados de izquierdas? ¿Qué pretenden los de derechas? ¿De qué nos hablan los periodistas y escritores del momento? ¿Quién miente? ¿Quién dice la verdad? ¿Quiénes llevan razón?... Y en medio de tanta oscuridad, tanta lluvia amarga, tanta miseria ética y moral…, ya muy pocos saben a qué pertenecen ni que decir ni qué pensar. Entre ellos yo. 

 Porque, por poner un ejemplo, en referencia a la guerra, ¿qué pasa aquí? Hay un acto gravísimo de un grupo radical terrorista contra los israelitas. Matan a más de mil doscientos jóvenes que andan en un concierto y se llevan a cientos de rehenes. Israel responde destrozando Gaza, en poder de los asesinos traidores. Los ataques llegan a ser terribles, llevando a la población gazarí hasta catalogar la respuesta de genocida. Muchos camiones de ayuda humanitaria son paralizados por los mismos de Hamás, como arma para la publicidad, y a los que poco les importa los propios moradores, otros llegan y sálvese quien pueda. La población y los rehenes quedan famélicos, esqueléticos, moribundos. La muerte llena de ruina y cadáveres los campos y ciudades. Espantoso. 

 

Las izquierdas enseguida ponen el grito en el cielo y actúan como si los judíos fueran los únicos malos. Banderas, pañuelos y manifestaciones pro-Palestina. Boicot a la vuelta ciclista a España, sobre todo en el País Vasco, donde los de Bildu y los del PNV se oponen a todo lo que tenga que ver con España, menos con el dinero que chupan, claro, incluso están en contra de la quita a los catalanes y demás comunidades, porque no quieren café para todos, solo para ellos y si son tres tazas llenas mejor, siendo además considerado el hecho por el gobierno actual como digno de respeto democrático. Por contrario si son los demás partidos los que se oponen, de golpistas, antidemocráticos, insolidarios, negacionistas, sublevados, misóginos, homófobos y beatos de misa y mesa para arriba, no hay quien los libre.

 

Y llega la invasión de Ucrania por Rusia. Y silencio de las izquierdas. Que Putin es comunista, de los suyos y, como es bueno, sabe lo que hace. Alguna palabrita, algún gesto menor, para disimular y a ver si pronto se rinden los ucranianos capitalistas y Rusia es más grande y poderosa. Aquí los niños que mueren son menos niños. 

 

Y dicen que son muy pacifistas. Como si los demás amáramos la guerra. De ahí que se opongan a la OTAN, y se nieguen al gasto de armamento. Nada de armas, paz, paz y paz. Pero salen entonces los tres gigantes dictadores del mundo, Putin, Xi Jinping y Kim Jong Un y nos muestran un asombroso arsenal de material de guerra que espanta, mientras dicen que van a ser eternos o, al menos, vivir ciento cincuenta años… y no se mueve una mosca zocata. Como tampoco se mueve un mosquito ante la ideología musulmana, donde la mujer es un cero a la izquierda, los homosexuales una condena a muerte, la Yihad una obligación y el progreso una vuelta al siglo VII. Alá es grande y por él todos con burka y chilaba, ellas de negro riguroso de pies a cabeza y ellos de blanco con rajas en los costados por si acaso... 

 

Y ahora dirán que soy guerracivilista, racista, misógino, homófobo y meapilas. Pero yo les digo que el mundo se vaya preparando porque, desgraciadamente, algo grave se está cociendo bajo cuerda. Europa demanda desesperadamente dinero para armarse, Alemania aprueba la vuelta del servicio miliar y Francia pide a los hospitales que estén listos para la batalla.  

 

Cuando los dictadores comunistas nos pisen las cabezas bajo sus botas ya veremos qué pasa. Ya veremos si los de la falsa izquierda, los que viven del cuento y van en flotilla camino de Israel para parar en una cala de Menorca y divertirse antes de regresar a España de nuevo porque la mar está picada y tiene caries, salen al encuentro de los miles de soldados armados hasta los dientes y les dan una rosa a cambio de tres balas: una en al pecho, otra en la frente y la tercera en el alma que se volvió idiota antes de comerse el caviar y la tarta de queso de la abuela en el restaurante de la sala VIP del aeropuerto de la libertad que ya no tendrán nunca. O tal vez, mojados, los aplaudan a rabiar.  

Mopongo a la guerra. Mopongo a gastar en armas. Mopongo pacíficamente a los fusiles, los tanques, los misiles, las bombas atómicas… Mopongo –palabras de poeta– porque sé que vencerán, pero no convencerán. Mopongo a la violenta…  Pero ¿se opondrán ellos, cuando me apresen, a los que me apresan, defendiéndome para que no pierda mi libertad de vida ni de conciencia…? ¿O dejarán que me corten la lengua, me quemen los ojos y me dejen desnudo tirado en medio de un río de hielo sin orilla?  

 

Ojalá no lo sepa nunca. 

sábado, 16 de agosto de 2025

LA SELVA DE LA DECADENCIA

Lo he dicho muchas veces, este mundo en el que vivimos es una selva. Los depredadores acechan. Salir a la calle es jugársela. Algo así como convertirse en un aventurero que después de atravesar los entornos regresas a la casa de mal humor cuando no herido de muerte. 

 

Miro desde la ventana el día y es precioso. Salgo obligado porque he de resolver algunos asuntos. Saludo al vecino que se cruza a mi paso y ni me escucha. Tres pasos más abajo me enfrento a un grupo de mozalbetes que ocupan la acera y casi a empujones me desplazan a la calzada para que un coche que se acerca a toda velocidad esté a punto de atropellarme. Un perro gigante se planta en medio de la calle y defeca ante la contemplación extasiada de su dueña. Intenta recoger el contenido evacuado, y como es más líquido que sólido, destapa una botellita de plástico que lleva en la mano y lanza un chorreón de agua por encima, esparciendo por el asfalto aún más la excreción. Observo aterrado cómo todas las esquinas de las puertas de las casas están manchadas de orines oscuros y malolientes. Medito en cómo es posible que la sociedad, tras muchos siglos de concienciación y avances, pasara del “agua va”, en la que se lanzaba a la calle las evacuaciones menores y mayores, al “perro viene”, para hacerlas sin grito alguno y además protegidos. 

Al mismo tiempo observo que hay jardines poco cuidados y llenos de altos ramajes y yerbajos secos con sed de arder como el ciquitraque. Y suciedad por los rincones y los perfiles de los edificios, incluso muladares en plena vía con colchones viejos, restos de muebles, ladrillos partidos e incluso un gran caballo descolorido de cartón piedra. 

 

Pasarme por el banco es también una aventura de tiempo y de escozor. Ahora me obligan a ser empleado no gratificado de la entidad sin poderlo evitar. Para todo. Ingresos, pago de facturas, devolución de recibos, relación de gastos… Y claves y números que envían al móvil cada vez que digo de hacer alguna operación… Pero es que, señor, ¡yo no tengo móvil!  ¿Y eso cómo va a ser? ¡Hoy no se puede estar sin móvil! ¡Tú estás loco! Eso es, señor, estoy loco, lleva usted razón, pero es que yo no quiero que me controlen ni me tengan vigilado, no quiero que un artilugio tan pequeño me doblegue la vida y me subyugue, no quiero que me obligue a responder al instante cuando alguien me comunica algo, no quiero que me impida irme de vacaciones con las alas cortadas…, no quiero dar un paseo por los caminos solitarios, pararme ante la belleza de un paisaje, escuchar el sonido del canto de los pájaros, ponerme a rezar en el silencio y verme interrumpido por una musiquilla hortera, y menos escuchar que alguien me quiere vender la moto de la mentira y la estafa…, hasta enfadarme porque cuanto más amable soy más me atosiga. No quiero, en definitiva, ser un preso de esta época, quiero ser libre y poder mirar a la cara de la gente cuando los necesito o me necesitan. El móvil es tan necesario que salva vidas, cierto, pero también acaba con ellas. El móvil es un gran invento, pero también es una gran cadena para la esclavitud. Yo solo busco ser un grano de arena en el contrapeso. 

 

Pero lo peor es que la selva no se termina cuando uno llega a la casa y se encierra en ella. Si pones la televisión o la radio o lees la prensa la selva se te mete en el alma y te irrita cuando no te cabrea. Uno no puede entender la falta de educación de las personas, de los gobernantes, de la sociedad en general. Uno no puede entender la vergüenza de sus actos, la cara dura de sus acciones, las miserables exigencias tribales…, la bajeza moral de las palabras empleadas, las mentiras que dicen, la hipocresía emitida, el egoísmo esparcido. Los políticos se han convertido en vivales que solo piensan en ellos y en las prebendas del poder, con seguidores y defensores suyos, ciegos, sin ver ninguna otra claridad diferente, sembradores de inmoralidades y corruptelas…, y todo ello hace que los imitemos burdamente, que los copiemos, al mismo tiempo que dejamos de respetarlos y de considerarlos. 

 

Y, por último, las redes sociales, esa malla angustiosa que enreda vidas, corazones y esperanzas. Espejo donde reflejar, entre algunas luces, tus propias falsedades, tus sepulcros blanqueados, tus intereses, tus aversiones, tus discrepancias, tus odios ocultos, tus venganzas ansiadas…, creando todo ello un pueblo dividido, enfrentado, polarizado, manipulado, erizado… que me da, más que miedo, pavor. Porque pienso en otras épocas recientes de persecución, crímenes, aflicción, guerra, hambre, miseria, muerte… y tiemblo. Sucesos que creemos son rémoras del pasado que no pueden volver a repetirse… Y se pueden repetir… Y se repetirán si esta selva que hemos creado entre todos no se convierte en un paisaje de verdadera convivencia, justicia, armonía, educación y respeto, si no se convierte en un territorio con menos ramajes de materialismo y hedonismo y más flores de humanidad y trascendencia.   

 

La sociedad, en definitiva, está enferma. Y cuando una sociedad tiene fiebre de dejadez, dolor de valores y angustia de corrupción… el diagnóstico es claro: DECADENCIA.

martes, 29 de julio de 2025

CALLES PARA ESPADAS Y MARCELO POR OBRA Y GRACIA DE MIGUEL ÁNGEL SANTISTEBAN

El pasado lunes, 28 de julio, en el palacio Marqués de Mancera, compareció el concejal de Patrimonio Mundial e Innovación del Excmo. Ayuntamiento de Úbeda, don José Miguel Gómez Salas, para anunciar la propuesta de cambio de los espacios hasta ahora asignados a honrar la memoria de los artistas Antonio Espadas Salido y Marcelo Góngora Ramos, tras no ser considerados por una gran mayoría de los ciudadanos como suficientemente dignos. Expresó la propuesta de modificar la nomenclatura urbana de la ciudad pasando a denominarse la ahora calle “Santo Cristo”, “Pintor Antonio Espadas Salido” y la calle “Alta del Salvador”, “Pintor Marcelo Góngora”, ambas relacionadas con sus vidas. Estas modificaciones serán presentadas en el mes de septiembre a la Comisión de Cultura y Patrimonio para su consideración, pasando a continuación al pleno municipal para su votación y aprobación definitiva.

Dicha así la noticia parecería que la cosa ha sido fácil. Sin embargo, para los que hemos seguido los pasos desde el comienzo de la propuesta de homenajear a estos dos ilustres ubetenses poniéndoles sus nombres a algunas de nuestras calles para recuerdo de generaciones posteriores, bien sabemos que ha costado sudor y lágrimas, en cuanto ha sido necesaria una constancia férrea, incansable y llena de arrojo, de otro ubetense valiente hasta el extremo, Miguel Ángel Santisteban, que, haciendo uso de su libertad de expresión en democracia y apoyado en su claro sentido de lo que es participación ciudadana, comprometido con su pueblo, con su lanza de letras y palabras en ristre, no ha cesado de pelear, así, a las claras, de frente, por derecho, sin ambigüedades, contra todos los molinos de viento y gigantes municipales y demás correligionarios que les han salido al paso hasta derrotarlos por completo. 

 

Porque hacer que se cambien los nombres de dos calles míticas de Úbeda, cuales son Santo Cristo y Alta del Salvador, tan antiguas y arraigadas, para ponerles los nombres de dos personalidades recientes, supone una derrota sin apelativos para quienes en un principio creyeron que el quijote “cabezahierro” y muchos sanchopanzas “piesdebarro” firmantes se conformarían y se darían por satisfechos ante el hecho de asignarle a uno de los artistas un parquecito perdido más allá de la frontera y al otro un pequeño espacio en el extremo de una avenida que no es ni espacio. 

 

No pocos desistieron en el envite y tiraron la toalla. Incluso algunos de los más allegados. Pero él no. Miguel Ángel no se vino abajo, no se amilanó, no arrojó la lanza ni el escudo… y ha vencido. Pero en verdad quien ha vencido ha sido la democracia, la grandeza de que un ciudadano, secundado por miles de firmas de otros ciudadanos, es capaz de cambiar el curso de la historia y lograr que se haga justicia. La alcaldesa, como política inteligente que es, ha sido consciente del hecho y ha aprendido rectificando, algo que le honra y la engrandece, porque una vez más se demuestra que rectificar es de sabios. No obstante, démosle un poco de tiempo al tiempo no sea que surjan nuevos inconvenientes no descartables. 

Yo, por lo pronto, me alegro de que mis amigos íntimos, Antonio Espadas y Marcelo Góngora, tengan, por fin, unas calles dignísimas en su pueblo. Me alegro hasta el llanto emocionado, infinitamente. Y doy gracias a Dios por ello. Pero de lo que más me alegro es de que un hombre salido del pueblo llano, que no se casa con nadie, capaz de cantar las cuarenta a quien se presente, amante de la poesía clásica, trovador libre, enamorado del arte y de su pueblo siempre añorado, nos haya dado a todos –manteniéndose firme en este empeño– una lección de coraje y grandeza de corazón.

 

Úbeda, con ubetenses así, no dejará nunca de ser grande.   

lunes, 21 de julio de 2025

UN PREGÓN DE ENTREGA Y AMOR

Durante siglos el mundo ha venerado a la Virgen del Carmen. Desde que en el siglo XIII los carmelitas se vieron obligados a abandonar el monte Carmelo, en Israel, por invasión de los sarracenos, fue ella su protectora y su guía hasta prometerles que los llevaría a buen puerto convirtiéndose en su Stella Maris. 

 
Y esta Virgen, que después, según se cuenta, se apareció al superior general de la orden, san Simón Stock, el 16 de junio de 1251, en Aylesford (Inglaterra), entregándole el escapulario con la promesa de que quien lo vistiera con fe no vería las llamas del infierno, es la luz que alumbra el caminar de infinidad de carmelitas ordenados y seglares dispuestos a llegar ellos también algún día a la playa de la vida eterna.

 

Yo, lo confieso una vez más, no soy muy dado a quedarme en la superficialidad de la infinidad de esculturas de vírgenes que existen, pero sí es cierto que, por motivos personales, vivenciales o por tradición de pueblos, siento una especial atracción por determinadas imágenes, en las que veo la esencia de una creencia popular de siglos que no debe dejar de considerarse. Y, por ejemplo, cada vez que me acerco a la Virgen de Guadalupe, mi Patrona, tan chiquitilla, siento un cariño profundo, como un abrazo dentro de millones de abrazos que se han quedado en ella inalterables por los siglos. En su figura sencilla y sedante, de apenas una cuarta, con su pequeñísimo hijo en su regazo, veo un sol sobre el que ha girado la vida de mis antepasados. A ella han acudido nobles, poderosos, campesinos, artesanos, mendigos, enfermos…, toda la sociedad en general, sin diferencias, orando, pidiendo, agradeciendo…, exaltando los muchos milagros personales y generales recibidos… Y cuando la miro, percibo las miradas de cientos de miles de ubetenses mirándola y aprendo de la importancia de ser uno más en la historia de este pueblo que ahora mira donde ellos miraron y donde mirarán los que nos sucedan en esta hermosa herencia de vivir.  

 

Y siento también una singular emoción cuando se trata de la Virgen del Carmen. Siempre me ha cautivado su figura carmelitana, saberla frente a Santa Teresa de Jesús, o al lado de mi San Juan de la Cruz, tan medio fraile, tan místico, tan descalzo, tan poeta, tan coherente…, todo espiritualidad, y humildad, y sabiduría… Esta advocación es hermosa, Patrona del mar, señora de los marineros, lucero de los navegantes, brújula de los perdidos… 

 

Por ello, cuando un día me ofrecieron ser su pregonero en Úbeda, pese a que ya ando de vuelta de pregones y actos literarios, no lo dudé. Me ilusionó la idea y durante semanas lo estuve trabajando, mezclando prosa y verso. Lo concebí cual una travesía por el mar de la existencia, a bordo de un misterioso barco que la Virgen capitaneaba con magistral sabiduría y misericordia. De principio, mi exposición, como se venía haciendo, iba a darse en al oratorio donde se halla la celda en la que el santico de la reforma descalza voló para dar a la caza alcance, pero, por obras, lo di en el templo mayor denominado San Miguel, recibiendo reiterados aplausos de fieles generosos y llenos de bondad, y a los que desde aquí quiero expresar mi gratitud y respeto, como lo hago también hacia mi hermano del que tuve el honor de ser presentado. 

Y como lo sabía, por experiencia, como estaba convencido de que por unas cosas o por otras, el pregón se disolvería tras unos abrazos de felicitación para quedar en una estela de espumosos segundos, quise, como suelo venir haciendo en los últimos años, dejarlo impreso por si alguna vez a alguien, más allá del sentido de lo atemporal, le llega a sus manos y, de sentir la necesidad, pueda leerlo en la soledad de su retiro, y al finalizarlo rece por mí que ya estaré llegando o, lo más seguro, habré arribado ya al muelle donde los veleros no tienen regreso.

 

Ahora, pocos días después del pregón y de la procesión, a la que fui también invitado, miro la portada de la publicación y recibió una fotografía en blanco y negro, hecha por Pepe Ruiz, que me produce sosiego y quietud. Y en este sentimiento de paz me alegro del esfuerzo realizado, porque si bien, en estos momentos, es como un sorbo de descanso en la responsabilidad, también es, sobre el pretérito inmutable, un remanso de felicidad, porque mientras lo pronunciaba ella bien sabía de mi entrega y yo de su Amor. ¡Algo, por cierto, impagable!