lunes, 6 de mayo de 2019

MALA EDUCACIÓN


Con la educación pasa, como con tantas otras cosas, que hemos confundido la gimnasia con la magnesia.

Ahora, ser educado es también de fachas, rancios y retrógrados.

Si vistes con aseo y corrección no eres más que un reaccionario. Y si lo haces además con cierto estilo, un pijo despreciable.

Si cedes el paso a una mujer, un machista de libro.

Si hablas de usted, un carca.

Si te diriges a los otros con amabilidad, cortesía, prudencia y por favor…, ni te harán caso, porque te considerarán un pusilánime y una pobre persona.

Si das las gracias fácilmente, se reirán de ti.

Si respondes “de nada” te desvalorizas a ti mismo.

Si te acercas para saludar, lo considerará como signo de debilidad.

Si eres cortés con alguien y le regalas algún elogio, lo tomará como adulación merecida…

Y así andamos, envueltos cada vez más entre maleducados que no se esfuerzan en dejar de serlo, incluso tratándose de profesionales del sector servicios. 

Pero lo malo es que la mala educación trae cosas aún peores, hasta el punto de que la convivencia puede llegar a ser insoportable. La mala educación engendra:  

Desconcierto, enfado, tristeza, malhumor, recelos, odio…
Calles sucias. Jardines destrozados. Fachadas pintarrajeadas.
Destrozos, delincuencia, violencia…
Individualismo atroz.
Irresponsabilidades que alteran los ánimos.
Circulación agresiva.
Mediocridades que rebajan el nivel de las ciudades.
Orgullo, griterío, soberbia, groserías, zafiedades, ordinarieces… que fluyen y envilecen.
Desplantes, desagrados, indiferencias, desprecios… que nublan el espíritu.
Incomprensiones, inclemencias, malas caras… que embrutecen.
Incluso inmisericordias que ofenden y duelen.

Es por esto que si la cizaña de la mala educación no se corta de raíz  y se deja seguir creciendo, no acabaremos bien. El egoísmo aumentará, los comportamientos se revestirán de luz de sombras y la convivencia se hará insoportable.

Solo cabe la esperanza de que cuando se toque fondo, mugriento y maloliente, se batirán las alas de la racionalidad y el sentido común y se alzará el vuelo que llegue a la cima del civismo, los buenos modales y el respeto, logrando así una sociedad mejor, infinitamente mejor, mucho más amable, cordial, íntegra y digna. Una sociedad que hará que la vida sea menos innoble y más deseosa de ser vivida. 

1 comentario: