sábado, 3 de agosto de 2024

¡FUERA DICTADORES!

España, con sus virtudes y defectos, como todo en la vida, ha sido algo grande en la historia. Aquí hemos sabido superar graves momentos políticos, tras sufrir monarquías denigrantes y gobernantes miserables, así como invasiones, repúblicas y dictaduras… Ya conocen eso de que España es la nación más fuerte del mundo, pues después de quinientos años intentando romperla los mismos españoles aún sigue sin romperse. 

 

Pero lo mismo estamos viviendo el momento de conseguirlo. Por lo pronto, vascos y catalanes ya casi son independientes. Tienen las competencias, la imposición de la lengua, los gobiernos, el dinero… y el ciego rencor a todo lo español. Solo les falta el referéndum que les de la oficialidad definitiva. 

 

El clima además está fermentado. En España ya no es que se esté en descuerdo con la independencia, es que se está a favor. Se nos decía que para que el referéndum fuera constitucional teníamos que votar todos los españoles. Los gerifaltes catalanes se oponían pensando que fuera de la aldea nadie los respaldaría. Hoy esto se pone en duda. Es mucho el cansancio, la cabezonería, el tribalismo, la arrogancia, la falsa superioridad expuesta, la insolidaridad, el golpismo, los indultos, la amnistía, el ataque a los jueces, la doble vara de medir, la ambición desmedida, el cansino minuto diecisiete catorce…, y más y más, tanto que como consigan el referéndum -algo que no será difícil de lograr en cuanto el señor Sánchez necesite tres votos para seguir en su palacio- no les va a importar incluso que vote hasta el último de la fila, porque pueden que saquen más votos a su favor que en la misma Cataluña.

 

Y todo por la división que han conseguido. Por el odio que nos han sembrado. Por los conflictos que nos han creado. 

Cuando murió Franco, España dio otro ejemplo de grandeza sabiendo salir a la libertad y la democracia de una manera modélica. La Transición fue toda una lección para el mundo. Nos supimos perdonar, olvidar, darnos las manos, mirar el futuro. Y franquistas y comunistas, derechas e izquierdas dialogaron y debatieron sin ira y sin represalias. Y se votaba en libertad y sin miedo, en convivencia y respeto, pese a saber que otro a tu lado votaba lo contrario.

 

Años después, ahora mismo, andamos sin mirarnos los vecinos y familiares que votamos diferentes opciones, hay recelos, insultos, burlas, discriminaciones, persecuciones…, o eres de los míos o estás contra mí. Con un gobernante con cara de cemento, creador de bulos, traidor, que acepta todos los chantajes y todo lo vende con tal de seguir en la poltrona. Un gobernante con su esposa y hermano investigados por corrupción y llamado él como testigo directo, e incapaces los unos y los otros a dar la más mínima explicación en ningún sitio. Si no hay nada de nada como dicen ellos y sus adláteres, pues exponen al juez, en lugar de presentarle una querella, los hechos con claridad y punto. Todo aclarado, todo resuelto. Ellos salen a hombros y el juez con el trasero al aire. Pero como callan, pues eso, que otorgan. ¿O es que los refranes son también falsedades?

 

Es decir, nos parecemos más a Venezuela. Donde, por cierto, y dicho sea de paso, me duele y me apena saber que un pueblo tan hermano nuestro está sojuzgado por un dictador impresentable, otro enfermo de narcisismo y soberbia, capaz de todo, que encarcela a los opositores, amaña las elecciones, dice ganarlas fraudulentamente y hace que su pueblo, sometido a la vez por políticos sin dignidad, jueces prevaricadores, militares corruptos y mafias criminales, con la connivencia de personajes abyectos como Zapatero y Monedero, que riman a la perfección en consonante poética en la forma y con bolsa de Judas en el fondo, pase hambre física y sed de libertad. Y va encima y nos dice que los pobres desgraciados descalzos y raquíticos que se andan sublevando y están siendo asesinados sin escrúpulos son fachas y fascistas. Habrase visto.  

 

¿Cómo puede permitirse esto en pleno siglo XXI? ¿Cómo la comunidad internacional consiente las dictaduras? ¿Cómo se tolera que España vaya camino de Venezuela? ¿Cómo la oposición hace tan poco? ¿Cómo el rey lo firma? Por ello, antes de que ocurra, antes de que demos más pasos hacia lo que después puede convertirse en una madriguera sin salida, hay que gritar con toda la fuerza del mundo: ¡Fuera dictadores! 

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