viernes, 25 de mayo de 2012

VER PARA CREER, AMIGOS


Salir a la calle y pasear por la ciudad en la que habitas es regresar a casa con enorme desasosiego.

Ves caras tristes, rostros pensativos, cantidad de locales envueltos en polvo y telarañas con el cartel sobre el escaparate de “se vende o se alquila”. Tiendas casi vacías. Bares y terrazas con poca gente.

            Nos han aplastado. El capitalismo, en cuanto vio que el muro de Berlín caía, comenzó a hacerse atroz e insaciable. Reforzó su bota de hierro y cemento y empezó a apretarla sobre nuestra yugular, y no nos dejará en paz hasta que no nos vea exánimes. Muy inteligentemente nos han hecho la jugada del caracol, la de ponernos al sol, haciéndonos creer que éramos ricos. Los bancos nos daban dinero fácil y los gobiernos despilfarraban sin medida. Nos empujaban a comprar, gastar, invertir, adquirir bienes, a hipotecarnos..., para luego, cuando la inmensa mayoría cuenta con propiedades..., que le ha costado mucho dinero, ahora no valgan nada y sí te acarreen enormes gastos... Es decir, ya fuera, se le aplica el fuego rápido, llamado crisis, y el caracol, evidentemente, queda ahorcado. Y ya ahorcado, pues a comérselo del todo con pagos de intereses desmedidos e impuestos abusivos y desmesurados: IRPF, contribuciones, circulación, luz, agua, seguros, ITV, matriculas, gasolinas, copagos, IVA.... Y para más comernos, se sube el precio de los alimentos, se rebajan los sueldos y se echan a la calle, de un plumazo, a trabajadores que se ven en plena juventud y madurez sin esperanza. Y la sanidad peor. Y la enseñanza por los suelos, desanimados los maestros y desmotivados los alumnos que comprueban que estudiar, tan duro y difícil, ya no sirve para nada.

            Y todos quietos, como inmovilizados. Millones de parados, comedores sociales llenos, cientos de miles de embargos..., y nadie se mueve. ¿Pero quién se va a mover cuando ya antes nos han sedado con la telebasura, el fútbol, el sexo libre, el aborto, el botellón.... y nos han desvestido de valores? ¿Quién se va a mover cuando los que nos gobiernan son fuertes, indolentes, caraduras, carentes de escrúpulos, con grandes pagas y privilegios..., y los que nos han de defender han sido comprados con escandalosas subvenciones? En una palabra, el dinero nos manda, nos controla, nos domina, el dinero es dueño y señor de todo y de todos. Hasta ya para entrar en las iglesias hay que pagar. Incluso hemos vuelto a los niños expósitos, dejando a los recién nacidos en las puertas de las casas. Los controladores, especuladores y dueños del maldito dinero nos han quitado en dos días los derechos logrados a base de mucho tiempo, sangre, sudor y lágrimas, haciéndonos retroceder a siglos atrás, donde el señorito de turno te machacaba de sol a sol y encima no podías protestar porque en la plaza, al amparo del reloj de la torre, había centenares de obreros esperando en cola. Como ya los hay a puñados. Hoy los he visto mientras paseaba. Ver para creer, amigos.


lunes, 7 de mayo de 2012

PATADAS DE AHOGADO


De economía sólo entienden los muy listos. Prueba de ello es que los políticos -mediocres casi todos-, no encuentran soluciones para la crisis que atraviesa el mundo capitalista, en manos siempre de unos cuantos sagaces, cuervos especuladores, usureros y sin conciencia que son, en definitiva, quienes mueven lo hilos para ganar muchísimo a costa de que la mayoría viva en la miseria. El capitalismo, tras la caída del muro y el fracaso del socialismo (el de verdad, no éste que conocemos en España y otros países de la UE, que es capitalismo disfrazado y envuelto en eufemismos), ya sin ataduras, se ha engreído y se ha hecho salvaje, trazando desde hace algunos años la hoja de ruta por la que andamos, y que viene llevándose por delante cuanto le sale al paso, sobre todo los derechos adquiridos, con tal de obtener mayores beneficios. De ahí que los ciudadanos nos conformemos con ganar menos, con trabajar más horas, con pagar por todo, con dejarnos machacar a impuestos... De ahí esas sumas vertiginosas de cientos de miles de millones sólo de intereses que se nos dice tenemos que pagar. De ahí que estamos cada día más inmersos en la penumbra de la resignación, llegando ya al extremo de que con tal de que nos quede algo para poder comer, nos conformamos. Como cuando los jornaleros de comienzos del siglo pasado se sometían a los señoritos sin rechistar con tal de contar con un plato de sopa y un jergón donde dormir. Vamos hacia atrás. Los derechos logrados a base de mucha lucha y mucha sangre derramada los estamos perdiendo por días. Y que nadie proteste. En la puerta de todos los lugares hay millones de personas, y en ellas la generación más preparada de la historia, por cola, esperando que alguien les ofrezca lo que sea con tal de ganar unos euros para sobrevivir. Y encima, el que está trabajando lo hace con miedo porque puede verse mañana en la calle. El comunismo fracasó y quedó el capitalismo reinando a sus anchas. Pero como nada es eterno en esta vida, el capitalismo también fracasará. Del cómo, cuándo y qué vendrá después no estoy seguro. Lo único que sé, como cuenta el refranero, es que cuando un hombre se ahoga, da patadas.