domingo, 23 de diciembre de 2012

AHORA QUE ES NAVIDAD




                      


                        Ahora que al despertar
                        encuentro que las horas se me escapan
                        como un puñado de agua entre las manos,
                        como un brillo fugaz que se desangra.                   
Ahora que ya me sabe
                        casi todo a vacío, a pobre escarcha,
a intrascendencia pura, quiero
darte, amigo, las gracias,
por darme aquel abrazo en noche fría,
por levantar mis alas,
por sentir tus silencios
y gozar del calor de tus palabras.
También a ti, que un día decidiste
hacerte mi enemigo, herir mi espalda,
te quiero agradecer
el haberme enseñado que las lágrimas
purifican de amor tras la paciencia
y ennoblecen el mar de mi esperanza. 
.
                        Ahora que ya descorro
                        el velo que descubre la distancia.
                        Ahora que es NAVIDAD, os quiero a todos
desear en verdad, con toda el alma:
que todo lo mejor sea nunca malo
y todo lo peor sea siempre nada.
                       


                                    Con mi abrazo, Ramón

domingo, 16 de diciembre de 2012

EL FIN DEL MUNDO


Qué bien, amigos, me da tiempo a despedirme de ustedes. Todo un honor. Y lo hago desde mi humilde blog, haciéndoles constar que este será mi último comentario. Dentro de nada, como todo el mundo sabe, el 21 de diciembre, se acaba el mundo. Así que hemos de estar tristes por un lado, pero muy felices por otro. Dinero que nos vamos a ahorrar. Ya no tendremos que gastar en marisco, ni mantecados, ni licores para la nochebuena, y menos para año viejo, y nada en regalos de Reyes. Adiós a los problemas de hipotecas, luz, agua, basura, impuestos, contribución, IVA, IRPF... Adiós al miedo a un terremoto gordo después de los cientos pequeños que venimos sufriendo. Adiós a los amigos del alma. Adiós a los enemigos que no se cansan de hacer vudú para que te fastidies. Adiós al trabajo y adiós al horror de estar en el paro. Adiós a tanto político corrupto y sinvergüenza... Desde mañana ya no tendremos por qué preocuparnos, ya no hará falta protestar para que terminen de una vez la carretera que une nuestro pueblo con Jaén capital, porque por la que transitamos desde hace muchos años, repleta de bandas sonoras, estrecheces, curvas mortales, baches y mala señalización, es, más que tercermundista, criminal. También vamos a respirar tranquilos porque ya no habrá árboles impertinentes tapando las asombrosas piedras doradas de nuestros monumentos, así que los Caballeros 24 podrán descansar tranquilos, no va a quedar, se lo aseguro, hoja sobre hoja, todo pelado. Tampoco, en este caso, hemos de mover un dedo por recuperar las decenas de monedas de oro robadas en las estancias del Ayuntamiento a todo el pueblo en una madrugada. ¿Para qué?, si ya todo se va a convertir en ceniza. Que se joroben los ladrones...

            Pues nada, amigos, como sólo quedan unas horas, sean sensatos y aprovéchelas, váyanse de juerga y gasten hasta el último euro que tienen. Sáquenlo de la cartilla o del fondo del colchón, donde quiera que lo tengan guardado y, ¡hale!, a la buena vida, a vivir que son dos minutos. Después... Después, Dios dirá. Al cielo o al infierno, depende de lo mucho que hayamos salido o no en las procesiones, porque si la salvación depende de otros motivos, me da la impresión de que nadie va a gozar del banquete eterno, que con esta mala leche que arrastramos todos desde que nos invadió la crisis, pocas papeletas tenemos de salvarnos...

            Lo malo, lo malo es si los mayas y los cuatro vividores del cuento se equivocan y resulta que pasa el 21 y nada sucede que no suceda otro cualquier día del año. Entonces, entonces es que no tengo más remedio que darme cuenta de que soy un bobo, un tonto de remate, un idiota ignorante, un imbécil más de tantísimos como hay en Úbeda y en el mundo entero.

El 22 sabremos la respuesta, después de publicidad.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

EL VALIENTE


Hay gente valiente, muy valiente. Tan valiente que es capaz de coger un rifle con mira telescópica, vestir traje de verdes sucedáneos y salir al paisaje bellísimo, repleto de hermosura y grandeza, para esconderse detrás de algún montículo artificial, y, allí, poner la vista en un animal majestuoso, libre, elegante, tan asombroso que es capaz de cruzar por los arroyos y senderos mostrando su cornamenta labrada a base de primaveras y amores encendidos, una y otra vez, hasta convertirse en un símbolo acorde con la grandeza de la vida que le rodea.

            Hombre y ciervo en lucha desigual, indigna, innecesaria, traidora.

            Entonces el valiente, lejos, sin acercarse demasiado, no sea que tan peligroso animal, con su cornamenta, le reviente, a base de ejemplo y amor limpio, la suya de energúmeno, y lo ridiculice hasta humillarlo, va y se acomoda el rifle en su hombro de guerrero de la galaxia, y cuando lo siente firme, como droga miserable que embriaga el alma de soberbia y orgullo vano, mira por el teleobjetivo, hasta ver la cabeza del ciervo en el centro de una cruz anunciadora de muerte sucia, una cruz amenazante y fría, la cruz más miserable de cuantas conozco. Y qué bien. Ahora, a palpar el dedo sobre el gatillo helado y sentir la emoción de la más inmunda gloria por las venas. El corazón le late. La boca se le queda seca. Los ojos le brillan. Es tanta la batalla, la lucha encarnizada, el desafío sin tregua..., que es inenarrable la felonía. Qué valiente el valiente. “Ya lo tengo”, esputa por la lengua. “Este cabrón no se me escapa”. Y zas. Un disparo atronador que hace que corran volando por cielo y tierra todos los animales a diez kilómetros a la redonda. Animales en lucha por la supervivencia, desde luego que sí, lucha terrible, no cabe duda, pero marcada siempre por las armas de la dignidad, la honradez y la nobleza.

            Y ya está. Ante el vació de la huida, sólo queda tirado por el suelo el maravilloso animal, con los ojos todavía entreabiertos, mirando al horizonte de la nada, haciéndose preguntas, maldiciendo la hora en la que el hombre dejó de ser animal para convertirse en piltrafa. La victoria es grande. El valiente es felicitado. Los enanos que le rodean lo vitorean al tiempo que le colocan sobre la frente la  corona de laurel del gladiador consagrado. Y entonces él, tan valiente, tan sinvergüenza, va y con un cuchillo le corta los testículos al animal abatido y, aún calientes, chorreando sangre, se los coloca sobre su cabeza de chorlito, y, sonriente, orgulloso de la vil hazaña, se hace una fotografía marcando con sus manos la uve de victoria por doble partida.

            Sí señor, con un par... Y encima es concejal del PP, político, uno más de esos que andan en el poder para dar ejemplo –ya ven– y servir al pueblo, su pueblo, que no es otro que el formado  por él, su santa madre, los cuatro de su familia y tres amigotes más. Así, como les digo. Aquí lo tienen. Presumiendo. Con dos cojones sobre la cabeza el tío. Sólo dos. Los de un ciervo muerto, abatido a traición, que son los únicos que tiene el valiente.

jueves, 15 de noviembre de 2012

EL ÁRBOL ATREVIDO


Delante de la fachada del famoso Hospital de Santiago hay un árbol espectacular, sorprendente, frondoso, cuidado y lleno de vitalidad... Se trata de un laurel al que muchos, ya un poco entrados en años, conocimos pequeño, diminuto, inocente, como si de un niño se tratara asido a la vida. Cada año el árbol, regado por la mística y la cultura que el edificio rezuma, por el sol brillante, como el de la infancia de Machado, y la templanza de la noches a la luz de unos focos místicos que le ponen alas a las torres sobre el horizonte de cerros misteriosos, se ha hecho mayor, adulto, como un galán crecido en los brazos de los sueños, y está ya tan sublime, tan por encima de todos los demás árboles del pueblo, que a medida que él ha ido creciendo y engalanándose en su verdor de oro mitológico, la fachada del viejo Hospital se ha ido menguando en su armonía, equilibrio y sobriedad... Hasta el punto que el monumento que mandara construir el generoso obispo don Diego de los Cobos ha quedado un tanto desfavorecido y desfigurado.

            ¿Y ahora qué? Menudo dilema para este pueblo nuestro. ¿Qué hacemos con este laurel tan atrevido y descarado que ha llegado hasta el punto de hacerle sombra a tan insigne monumento? ¿Qué hacer con él? No haya preocupación. La solución, por más que haga surgir comentarios a favor y en contra que vengan a dividir a la ciudadanía, por muchos ríos de tinta que corran, por más que los ediles y técnicos anden una y mil noches sin dormir buscando la solución, es inalterable y está escrita en el libro del destino de esta ciudad tan orgullosamente histórica.

            Y no será la primera ni la última vez. Ya nuestro admirado Antonio Muñoz Molina, denominó a Úbeda como ciudad arboricida. Aquí, todo árbol que crezca más de la cuenta, que sobresalga, que se atreva a destacar más allá de la escala de la vulgaridad, que decida transgredir las medidas de lo política y socialmente correcto, debe saber que está condenado al corte, a ser leña, astillas para el fuego del olvido... Y si el árbol fuera tan majestuoso y extraordinario, tan rico de aventura, que dijera Federico García Lorca, que cortarlo significara un hecho cercano al crimen clamoroso, entonces se le trasladaría a otro sitio, en las afueras, cercano a algún rincón donde pasar inadvertido, lejos, a modo de un exilio disimulado; como, por ejemplo, y tratándose del laurel tan soberbio del que hablamos, arrancándolo y llevándolo al corral del mismo Hospital. Espacio éste por el que, parece ser, se inclinan algunos de nuestros sensatos gobernantes, notarios siempre, más que de la verdad, de las injusticias. Aunque otros, buscando contentar a todos, aboguen por dejarlo donde está, pero podándolo hasta la indignidad y la vejación, que sería aún más triste.

            Está visto, amigos. No se puede ser árbol frondoso, ni se puede destacar ni sobresalir... Si el laurel hubiera sido más inteligente se hubiera quedado pequeño, siempre niño, todo lo más adolescente, envuelto en la clorofila de la mediocridad..., entonces, al no hacerle sombra a monumento alguno, hubiera sobrevivido y conservado íntegramente la corteza y las hojas, disfrutando siempre de un lugar privilegiado. Pero por listo, ¡hale!, a la hoguera o al destierro, o a mutilarlo hasta el ridículo y la humillación, ¡qué más da! El caso es que, el pobre, está condenado sin remedio. Y para que aprendan los que me leen, si es que aún no se han enterado, les dejo esta moraleja con rima:

                                   Árbol nacido en el pueblo
                                   bajo el sol de su consorcio,
si no quieres ser cortado
o arrancado de tu entorno,
no destaques, ni triunfes,
ni hagas sombra al poderoso.


                    

martes, 6 de noviembre de 2012

¡QUÉ ASCO!


Los políticos, definitivamente, han perdido la vergüenza. Les da igual lo que el pueblo opine, se pasan por el arco del triunfo las críticas, los insultos, las mofas, las protestas, los silbidos, las manifestaciones, las huelgas... Ellos han alcanzado la cima del poder y así lluevan chuzos de punta, ni se inmutan. Ande yo caliente...

            Y es que se han dado cuenta de que el populacho ha dejado de tener fuerza. Lo tienen atontado, dividido y entretenido. Cada cuatro años se le convoca a echar el papelito y punto. Y aunque digamos, en un destello de lucidez, que no cuenten con nosotros para más parafernalias, después, como saben montar muy bien el circo y hacen como que se pelean y discuten, nos animan, y mucho más cuando todos acaban, entre  musiquitas y despliegue de banderitas, de acuerdo en que lo importante es que votemos porque estamos en una prodigiosa democracia que nos llevará al país de las maravillas. Y ¡hale!, ya convencidos, a votar, a legitimarlos otros cuatro años de chica y gorda.

            Y si te vi no me acuerdo. Se lavan las manos, se limpian el polvo de los caminos, se perfuman y se encierran en sus despachos de lujo. Y, venga, a comer y a beber gloria bendita, a viajar a países lejanos y hospedarse en hoteles con más estrellas que en el universo hay, a visitar los mejores locales, a vestir de alta costura, a asistir a recepciones, actos, convites, a recibir tratamientos, saludos e inclinaciones, a ver crecer sus cuentas corrientes de por vida..., y tan panchos, con más cara que espaldas, dándoles igual si el paro aumenta escandalosamente cada mes, o si miles de familias pasan hambre física, o si se ven cada día en la calle miles de criaturas por desahucios, o si la miseria es ya inaguantable en muchos pueblos... o si el cabreo de la sociedad es monumental. Ellos a lo suyo. Y más falsos que Judas. (Bueno Judas al lado de muchos es un verdadero santo. Él comprendió su error y presa de su desesperación se ahorcó.) Ellos nada de nada, ni aceptación, ni desesperación, ni pesar  alguno, hipocresía pura y dura. Pues no ha llegado un conocido presidente de una importante empresa pública de la corrupta Junta de Andalucía, Invercaria (“creemos en personas, invertimos en futuro”, es su lema”, manda huevos), a decir en una entrevista reciente que lo que más valora de las personas es la honestidad, y ahora resulta que se ha hinchado de comer en los restaurantes más caros a costa de los escandalosos y sangrientos impuestos que pagamos.
                                                                                 
            ¿Y la justicia? La justicia no existe. Las leyes las hacen ellos mismos y por lo tanto no les pueden perjudicar. Empezando por la inmunidad parlamentaria y terminando porque nunca dan con los huesos en la cárcel, y si acaban por ser más que escandaloso el hecho, existen mil maneras de menear la perdiz..., y a la calle. Y nunca devuelven el dinero. Jamás. Ningún mandamás devuelve el dinero robado. Con lo fácil que serían los veredictos: “Usted, señora o señor mío, a la cárcel hasta  que no devuelva el último céntimo.”     
 Pues claro. Tontos que son. Hoy por mí y mañana por ti. Y como todos tienen los bolsillos sucios..., a seguir así que esto sigue marchando. Marchando por el camino de vivir que son dos días y el que venga detrás que arree..., y a reírse, a reírse de todo... Como me río yo cuando oigo llover y estoy en una habitación de hotel en pleno centro de Moscú donde la noche me cuesta 1.600 eurillos de nada. ¡Qué asco!


miércoles, 31 de octubre de 2012

VISITA AL ENCINAR ENTRE ÚBEDA Y BAEZA













Caballeros Veinticuatro
y otros hidalgos sin número
caminaron abrigados
por los caminos antiguos.

Y a mitad de la distancia,
entre Úbeda y Baeza,
en la encina legendaria
enarbolaron su empresa:

En homenaje a Machado
alzaron una pancarta
referida al centenario
de su enviudada llegada.

Se relató la grandeza
de este lugar y su enigma.
Y se leyeron poemas
de sus “Campos de Castilla”.

Después buscaron las trochas
por donde el poeta iba
desde su casa, tan sola,
al calor de compañía.

Y cuentan que descansaba,
rendido, ya de regreso,
buscando ganar las fuerzas
perdidas por tanto esfuerzo.

Y ahí, meditaba en paz
sobre estas tierras resecas.
Campos con los que soñar,
luego, cuando no los viera.

Y ya, sin ningún percance,
en amistad y sin prisa,
retornó el grupo de andantes
a su Úbeda querida.

Ellos fueron: Juan Antonio,
fotógrafo de alma limpia.
Y los sabios y muy doctos
Juan de Dios y Luis María.   

Con ellos Ramón Beltrán,
conquistador de cultura.
Y Antonio Almagro, sin más
un hombre grande y de enjundia.

Y Fernando Sánchez Resa,
dado al arte y siempre presto.
Y yo, con gorra de tela,
cronista en verso del hecho.

Y para que sea legal
rubrico, en fin, este escrito.
Espero que el encinar
sea aún más protegido,
y Machado, en su soñar,
sueñe un sueño agradecido.






martes, 18 de septiembre de 2012

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA


Los políticos catalanes nacionalistas lo han sabido hacer muy bien y eso se sabía. Mientras los separatistas vascos más extremistas y ciegos andaban asesinando sin ton ni son, y los menos extremistas sembrando cizaña, disfrazada de ambigüedad y eufemismos, para recoger las nueces de la independencia, los catalanes lo hacían con el chantaje permanente desde Barcelona y los pactos bien pagados en Madrid.

            Y así, mes tras mes y año tras año, hasta quedarse con todo. Dame teta o me independizo. Y teta que se le daba. Dame sopas o me independizo. Y toma sopas. Dame estatuto o me independizo. Pues toma estatuto de tres mil artículos... Al tiempo que se han pasado la Constitución, las leyes, al rey Borbón, a la Justicia y hasta los derechos humanos por el forro de sus caprichos. Y a callar o me independizo. Y mientras tanto, todo en lengua catalana, desde infantil a la universidad, carteles, rótulos... Y tergiversando la Historia hasta hacerla falsa y fomentadora de odio a todo lo que sea español.

            Y ya ha llegado la hora. Todas las competencias en su poder. Ya no hay más. Ya sólo falta quedarse con todo el dinero, sin contribuir nada. Vamos, lo que ellos llaman “concierto o pacto fiscal”... Porque ellos son ellos. Y si no lo aceptas, como siempre, sacan a relucir el victimismo y a expresar que se sienten perseguidos y amenazados, y que no son queridos, ni comprendidos, ni respetados... Y claro, con gente así –dicen ellos–, mejor es tener nuestro propio estado; vamos, que nos independizamos. Y salen a la calle, para asustarnos y demostrarnos su fuerza, un millón de personas.

            Pues muy bien. Ya lo habéis logrado. Ya tenéis todas las competencias. Ya estáis en el punto que soñabais alcanzar desde un principio: que llegase el momento en que, a base de cansancios y de hacerse antipáticos ante el resto de los españoles, éstos no sólo no se opusieran a la independencia sino que la ansiaran. No se puede vivir a todas horas con el hacha levantada sobre el cuello y escuchando que sois diferentes, superiores, más cultos, listos y guapos..., y que os lo merecéis todo. Vale, de acuerdo, sepárense de una vez. Venga, tengan coraje. Declaren mañana mismo la independencia. Y si al día siguiente lo hacen los vascos, con su rh heredado directamente de Adán y Eva, pues de acuerdo también. A nadie se le puede obligar a convivir por la fuerza con quien no quiere y detesta.

            Y yo creo que lo harán. Ahora, llegada la hora de la verdad, sólo lo están sopesando. La pela es la pela. Si, saben que quedarán fuera de la Unión Europea, fuera del euro. Saben que la venta de sus productos se reducirá estrepitosamente, incluso saben que el Barça puede quedarse sin jugar la liga española... Pero también saben que eso sólo será cuestión de poco tiempo. En esta época todo se olvida muy pronto, demasiado pronto. Esto corre que se las vuela. Saben que en apenas unos años España y la UE reconocerán y admitirán a Cataluña como nuevo estado, y que volveremos a comprar sus productos..., y hasta dejaremos jugar al Barça la liga, porque ¿quién puede vivir sin el morbo de los Real Madrid-Barcelona?... Saben, incluso, que hasta el mismísimo rey (que poco o nada ha hecho, ni hace, ni hará por evitar la secesión) o el presidente de la república del resto español que quede (lo más propio), acudirá, como invitado, en el día de su fiesta nacional, a depositar una corona de flores en memoria de sus héroes independentistas; como se viene haciendo desde siglos en los antiguos territorios de América. En definitiva, saben que volveremos a ser amigos, algo así como viejos hermanos. Y ya, sin cuerda de ahorcar, hasta se harán infinitamente simpáticos y agradables.

            Por el momento, sólo queda, a base de presiones y tácticas nacistas si es preciso, aumentar dentro de Cataluña el número de nacionalistas para llegar a un alto porcentaje de seguidores del pensamiento único y evitar conflictos internos. Del tiempo que tarden en conseguirlo dependerá la oficial declaración de independencia.   

miércoles, 29 de agosto de 2012

LOS NIÑOS DESAPERECIDOS EN CÓRDOBA Y LO QUE QUIERAN DECIRNOS


Un señor separado recoge un fin de semana a sus dos hijos pequeños. Los lleva a un parque de Córdoba, tiene un despiste y cuando quiere acordar los niños han desaparecido. Busca ayuda y llama a la policía, que lo detiene. La historia no se la cree nadie. Venganza. Lo que ha hecho este hombre ha sido pura venganza, puro daño a la que siendo su esposa quiere separarse de él. Pues para que te enteres. Si no me quieres a mí, tampoco vas a querer a nuestros hijos, que son también parte mía. Debió pensar la policía que pensó el señor. Así que a la cárcel. Verás qué pronto, con lo listos que somos, descubrimos qué has hecho con los pequeños. Córdoba, pese a todo, no es muy grande y el señor dijo que había estado con sus hijos en una parcela de sus padres, Las Quemadillas. Premonitorio nombre. Así que andando a Las Quemadillas. Entran y descubren lo imbécil que es este padre. Allí mismo, a las claras, hay nada menos que una enorme hoguera recién apagada sobre la que se aprecian restos de huesos. Es evidente. “Aquí”, como dijo aquél famoso policía al ver una colilla junto a un cadáver, “ha fumado alguien”. Todo solucionado. En menos de veinticuatro horas esclarecida la verdad, ni desaparición ni ocho cuartos, un crimen abominable. Se te va a caer el pelo, Sr. Bretón. Que es como se llama el criminal. 

            Entonces vienen los expertos, la policía científica, que cuenta con grandes avances y está obligada a no equivocarse puesto que de su veredicto depende o no muchas condenas. Reflexiona, piensa, medita, analiza el material y finalmente expone que los huesos son de animales. Toda una pista falsa. Y es que se veía venir, pues por muy tonto que sea este señor no va a poner, a los ojos de todo el mundo, una hoguera con los huesos de sus hijos entre las cenizas. ¡A nosotros que nos la vas a dar tú, so listo!

            Y once meses más tarde, después de un gastazo impresionante, de levantar la finca de un extremo al otro, tirar paredes de la casa, arrancar árboles, pasear al Sr. Bretón una y otra vez por el espacio, horas y horas de georadares... y hacer un ridículo espantoso, van ahora y dicen que no, que se han realizado otros informes particulares encargados y costeados por la madre de los niños (se supone que con autorización del juez, ¿no?, ¿es que éste también dudaba de la policía científica?) y que los huesos de la hoguera no son de animales, sino que pertenecen a niños, a niños de entre dos y seis coma veintidós años... ¡Qué exactitud en la medida! Como para que dudes

            Pero yo ya no me creo nada. Sé que los que no gobiernan, que deben ser ejemplo de verdad, sólo mienten. Además, poseen toda una maquinaria mediática por encima y por debajo de las alcantarillas que los apoyan, les siguen el juego, lo revisten y lo disfrazan. Las noticias no son, en verdad, otra cosa que lo que interesa que se sepa. Todo comprado, todo ambición, todo intereses. Todo mafia. Desde jueces a sindicatos. Aquí no se hace otra cosa que mentir. ¿Por qué ahora no? ¿Por qué no puede ser que ante el ridículo policial de no poder encontrar a los dos pequeños, y que salpica al gobierno, se haya montado la mentira y hacer de la pista falsa pista verdadera? Y si la pista es cierta a todas luces, y mañana el mismo padre se derrumba y así lo testifica, ¿quién paga el tremendo fallo, el garrafal error de confundir huesos de animales con huesos de seres humanos...? ¿Es esto de recibo? ¿En qué manos estamos? ¿Va a dimitir alguien? Y si para colmo, sale ahora el Brotón de las narices y dice que los mató pero que están enterrados en tal o cual otro sitio..., que nada de hoguera... Qué vergüenza, ¿verdad? Pues no, porque la policía, que siempre gana, apoyada por el ministro y sus voces secuaces, saldrá a la palestra para decir que todo fue una trampa, un juego inteligente, todo un perfecto cepo para hacerle picar... y que picó.

El caso es que juegan con nosotros. Lo que nos quieran decir y punto. Juegan con nosotros como siempre. Juegan con nosotros, pobres súbditos a quienes ya de principio nos mienten diciéndonos que mandamos en una gran mentira llamada democracia.      

miércoles, 8 de agosto de 2012

EN DEFENSA DE LOS MONSTRUOS


La impresentable Rosa Regás, para defender lo indefendible: el asesinato de niños en el seno de la madre, llama, en un siniestro artículo publicado en el mundo.es, “monstruos” a todas aquellas criaturas que por ley se les permita nacer cuando la madre, por motivos de minusvalías o malformación, quiera abortar.

            El aborto, se ponga como se ponga la señora escritora, y por más que pretenda revestirlo de progresismo, es una indignidad y una atrocidad, y será en la Historia la vergüenza de nuestro tiempo presente, a no ser que todos los hombres y mujeres se vuelvan monstruos de verdad (como ya los hay) y camine hacia el reino de la no conciencia y la ceguera absoluta.

            Mis alumnos, en los años de la recién estrenada democracia, se llevaban las manos a la cabeza cuando leían que los espartanos arrojaban por el monte Taigeto a los niños que nacían con alguna anomalía o malformación. “¡Qué salvajes!” Era el más delicado de los adjetivos que empleaban. “¿Qué hubiera sido entonces de Alberto?”

            Alberto era un niño de la clase con alto grado de deficiencia. No sobresalía en las notas por materias, pero era sobresaliente y matrícula de honor en bondad, sencillez y cariño. Todos le queríamos. Ere verme subir por los escalones de la entrada del colegio y ya iba corriendo a abrazarme. Sus compañeros hubieran dado la vida por él. Cuando nació, su madre estuvo llorando varios meses. Hoy, ya viuda, Alberto es su consuelo, su amor y su vida. Y no deja de dar a todas horas por ello gracias a Dios.

            A Dios. Sí, señora Regás, a Dios. A ese Dios de los cristianos, de los católicos a los que siempre está usted despreciando, criticando y descalificando. Y ya me cansa. Ya me cansa el poner la otra mejilla. Mire, doña Rosa, estoy harto de que a los que tenemos fe y buscamos seguir el camino del evangelio, con nuestros errores, miserias y pecados, desde luego que sí, nos insulte y nos llame carcas y fascistas, cuando no retrógrados, como en su panfleto publicado. Y no me venda el cuento de que muchos católicos honestos están a favor del aborto. Los católicos honestos, si lo son, sólo pueden estar a favor de la vida, porque es la vida lo que amamos con locura, hasta tal punto que ansiamos vivir para siempre. Los católicos honestos lo que estamos es también hasta arriba de que se nos eche en cara los errores de la Iglesia en su pasado: las hogueras, la inquisición, las guerras santas..., los millones de crímenes en el nombre de Dios. De todo ello y más nos avergonzamos, y mucho, como nos avergonzamos de los millones de perseguidos, de encarcelados, de torturados, de muertos en nombre del ateismo, del marxismo, del comunismo, del nacional-socialismo, del independentismo, del islamismo... Con el agravante, además, de que la Iglesia, al menos, ha dejado de hacerlo. Los otros no. Y a las pruebas del mundo actual me remito. La historia es una enorme y brillante madeja manchada de sangre, sudor y lágrimas, y querer sacar un hilo sin tirar del otro, no es más que tergiversarla y manipularla. La Historia no nos debe servir para echarnos en cara lo que hicieron mal nuestros antepasados, de lo que no tenemos culpa, sino para aprender de ella y no volver a cometer los mismos errores.   

            Y un error es retroceder a Esparta e impedir que una niña como Julia, una hermosa niña con síndrome de Down, a la que he conocido en mi último curso como docente participando como actriz en el taller de teatro que yo dirigía, naciera.

            Julia no sabe pronunciar bien. Se le olvida no pocas veces el papel. Entra en escena cuando se le ocurre y sale de ella cuando lo considera. Pero Julia, cuando salía al escenario y el salón estaba completamente abarrotado de padres y alumnos, recibía el mayor de los aplausos... Y al terminar la representación, cuando todos los demás niños salían corriendo para jugar y divertirse, ella se acercaba a mí y me decía: “Profe, gracias”. Y me pedía que me agachara para darme un beso.

            Ni a Alberto ni a Julia, ni a otros muchos semejantes que se han cruzado en mi camino de la enseñanza y de la vida, según su atroz teoría de la muerte, señora Regás, los hubiera conocido y querido. Y sus padres hubieran dejado de tener la fortuna mayor de las existentes: la del amor, la del amor limpio, puro, maravilloso que sólo saben tener y dar estos niños benditos.

jueves, 26 de julio de 2012

A DOS VELAS Y DESNUDOS


Las castas políticas hace ya mucho tiempo que se dieron cuenta de que los ciudadanos son rebaño, tan manejable como una tableta de plastilina. Por eso, lo mejor, para seguir gozando de los privilegios que dan los sillones, es hacer todo lo posible para que las ovejas no salgan del redil. De ahí su lucha por hacernos ineptos, vulgares, incultos... De ahí también esa mala enseñanza, basada principalmente en deseducar a los padres para que deseduquen a los hijos. Nada de exigencias, sacrificios, responsabilidades, valores... Nada de correcciones, castigos o reprimendas... De ahí la constante televisión basura, con su impresionante hipocresía, sus luces de neón y su mano de guante blanco dirigiendo el todo vale, todo es normal, todo es bueno... Nada es verdad ni nada es mentira... De ahí el apoyo, más o menos disfrazado, al hedonismo, al usar y tirar, la bebida, la droga, el sexo libre... De ahí la ruptura de las tradiciones, los símbolos, la familia, la facilidad del divorcio, el aborto... De ahí la aniquilación de la fe, del sentimiento de trascender, del amor.

            De ahí, igualmente, que a nivel de pueblos promuevan que ocupen los cargos de base los mediocres más sumisos. Así nunca se sublevarán. Y, como en “El lazarillo”, hasta les consienten que se las coman de dos en dos, para ellos poder comérselas de diez en diez. Y de los carguillos andan disfrutando toda una multitud sin preparación ni formación, imitadores en pequeño de sus mayores, que buscan rodearse de más mediocres, inútiles ya, para que nadie venga a hacerles sombra.             

            Y ya sí. Teniendo el rebaño lo suficientemente dócil, pueden hacer cuanto consideren. Controlan y compran la justicia, las instituciones, los sindicatos, la prensa, los demás medios, la cultura, el arte... La mentira no tiene costes. Robar sale gratis. Y lo que es peor, pueden despojar tranquilamente al pueblo de sus derechos logrados a base de muchos años de lucha, sudor y lágrimas.

            Y eso están haciendo. En tan sólo unos meses hemos retrocedido décadas. Los trabajadores han vuelto a las plazas, bajo la sombra del reloj, a esperar a que alguien les dé un trabajo por lo que sea. Los sueldos se han reducido a la miseria. Los impuestos vuelven a aplastar a la sociedad. Las horas de trabajo han amentado. Las vacaciones se han recortado cuando no desaparecido. Los despidos están a la orden del día. Los jóvenes no tienen futuro. La sanidad ha empeorado....

            ¡Y qué dócil el rebaño! Apenas nadie se mueve, nadie se levanta. Todo lo más algunos que pronto son tachados de insolidarios, vagos, antisistema..., al tiempo que son duramente criticados, calumniados, recriminados... Algunos, unos pocos, que no tragan la gran mentira: esa de que la crisis sea culpa de todos... Porque de todos no es la culpa. De todos, no. La culpa es de las castas dirigentes que, en su ambición desmedida, en sus nuevos reinos de taifas, se le han llevado y se lo siguen llevando calentito, dejándonos a dos velas y desnudos. 

lunes, 2 de julio de 2012

NO A LAS SUBVENCIONES


Ya cansa el tema de las subvenciones.

            Que no. Que, al menos por un tiempo, se acabó el vivir del dinero de todos. Que ha sido de locura el hecho de tener una ocurrencia y correr al organismo público correspondiente para que la pague. Que se me ocurre escribir un libro, o montar con cuatro una obra de teatro, o hacer una película, o que venga por aquí la sinfónica de Viena, o que se acerque a dar una charla Iker Casillas, o crear un asociación de amigos de la capa..., y ¡hale!, a que el Ayuntamiento me pague todos los gastos correspondientes, o la Diputación, o la Junta, o el Gobierno...

            Que no, que por necesidad, aparte de fomentar las injusticias y las discriminaciones, ya no cuela esto. Que siempre, además, sois los mismos los que andáis mamando de la vaca del dinero público. Que es un favor que se os hace. Que el hecho de chupar del bote lleva implícito el pago de la esclavitud, que no sois libres... Que si el arte es retribuido por la política, el arte tiene que corresponder a las monedas, presentando, consciente o inconscientemente, obras que agraden al dirigente de turno.

            Que no. Que el que quiera música, o contar chistes, o hacer una película, o traer conferenciantes, o montar una fiesta de barrio, o vestir con capa y sombrero..., que se lo pague, o lo paguen los que asistan.

            Que no. Que no estoy de acuerdo con que el dinero público venga a costear los deseos de los iluminados de turno. Todo lo más que acepto es que se le ayude algo en los comienzos, en los orígenes, con una condición: que no se tenga en cuenta el color de los ojos del solicitante, ni se mire si es de izquierdas, derechas o de ninguno. (Aunque en este caso puede evitarse la solicitud puesto que nunca será subvencionado. Y esto es obvio, en cuanto la independencia tiene el alto precio de la indiferencia y el olvido más absolutos)... Y luego, como los pájaros, a salir del nido del apoyo oficial y oficialista, y a volar en libertad, que es como de verdad tiene mérito y valor el vuelo.

            Que no, amigos chupones, que ya está bien de salir a los medios de comunicación a protestar porque este año no os dan los miles de euros de todos los años. Que no. Que, gracias a Dios, se está acabando el mamoneo, porque, aparte de que los dirigentes no tienen un solo euro, también se han dado cuenta de que éste es el momento de quitarse del cuello a tanta incansable sanguijuela chupóptera. 

viernes, 25 de mayo de 2012

VER PARA CREER, AMIGOS


Salir a la calle y pasear por la ciudad en la que habitas es regresar a casa con enorme desasosiego.

Ves caras tristes, rostros pensativos, cantidad de locales envueltos en polvo y telarañas con el cartel sobre el escaparate de “se vende o se alquila”. Tiendas casi vacías. Bares y terrazas con poca gente.

            Nos han aplastado. El capitalismo, en cuanto vio que el muro de Berlín caía, comenzó a hacerse atroz e insaciable. Reforzó su bota de hierro y cemento y empezó a apretarla sobre nuestra yugular, y no nos dejará en paz hasta que no nos vea exánimes. Muy inteligentemente nos han hecho la jugada del caracol, la de ponernos al sol, haciéndonos creer que éramos ricos. Los bancos nos daban dinero fácil y los gobiernos despilfarraban sin medida. Nos empujaban a comprar, gastar, invertir, adquirir bienes, a hipotecarnos..., para luego, cuando la inmensa mayoría cuenta con propiedades..., que le ha costado mucho dinero, ahora no valgan nada y sí te acarreen enormes gastos... Es decir, ya fuera, se le aplica el fuego rápido, llamado crisis, y el caracol, evidentemente, queda ahorcado. Y ya ahorcado, pues a comérselo del todo con pagos de intereses desmedidos e impuestos abusivos y desmesurados: IRPF, contribuciones, circulación, luz, agua, seguros, ITV, matriculas, gasolinas, copagos, IVA.... Y para más comernos, se sube el precio de los alimentos, se rebajan los sueldos y se echan a la calle, de un plumazo, a trabajadores que se ven en plena juventud y madurez sin esperanza. Y la sanidad peor. Y la enseñanza por los suelos, desanimados los maestros y desmotivados los alumnos que comprueban que estudiar, tan duro y difícil, ya no sirve para nada.

            Y todos quietos, como inmovilizados. Millones de parados, comedores sociales llenos, cientos de miles de embargos..., y nadie se mueve. ¿Pero quién se va a mover cuando ya antes nos han sedado con la telebasura, el fútbol, el sexo libre, el aborto, el botellón.... y nos han desvestido de valores? ¿Quién se va a mover cuando los que nos gobiernan son fuertes, indolentes, caraduras, carentes de escrúpulos, con grandes pagas y privilegios..., y los que nos han de defender han sido comprados con escandalosas subvenciones? En una palabra, el dinero nos manda, nos controla, nos domina, el dinero es dueño y señor de todo y de todos. Hasta ya para entrar en las iglesias hay que pagar. Incluso hemos vuelto a los niños expósitos, dejando a los recién nacidos en las puertas de las casas. Los controladores, especuladores y dueños del maldito dinero nos han quitado en dos días los derechos logrados a base de mucho tiempo, sangre, sudor y lágrimas, haciéndonos retroceder a siglos atrás, donde el señorito de turno te machacaba de sol a sol y encima no podías protestar porque en la plaza, al amparo del reloj de la torre, había centenares de obreros esperando en cola. Como ya los hay a puñados. Hoy los he visto mientras paseaba. Ver para creer, amigos.


lunes, 7 de mayo de 2012

PATADAS DE AHOGADO


De economía sólo entienden los muy listos. Prueba de ello es que los políticos -mediocres casi todos-, no encuentran soluciones para la crisis que atraviesa el mundo capitalista, en manos siempre de unos cuantos sagaces, cuervos especuladores, usureros y sin conciencia que son, en definitiva, quienes mueven lo hilos para ganar muchísimo a costa de que la mayoría viva en la miseria. El capitalismo, tras la caída del muro y el fracaso del socialismo (el de verdad, no éste que conocemos en España y otros países de la UE, que es capitalismo disfrazado y envuelto en eufemismos), ya sin ataduras, se ha engreído y se ha hecho salvaje, trazando desde hace algunos años la hoja de ruta por la que andamos, y que viene llevándose por delante cuanto le sale al paso, sobre todo los derechos adquiridos, con tal de obtener mayores beneficios. De ahí que los ciudadanos nos conformemos con ganar menos, con trabajar más horas, con pagar por todo, con dejarnos machacar a impuestos... De ahí esas sumas vertiginosas de cientos de miles de millones sólo de intereses que se nos dice tenemos que pagar. De ahí que estamos cada día más inmersos en la penumbra de la resignación, llegando ya al extremo de que con tal de que nos quede algo para poder comer, nos conformamos. Como cuando los jornaleros de comienzos del siglo pasado se sometían a los señoritos sin rechistar con tal de contar con un plato de sopa y un jergón donde dormir. Vamos hacia atrás. Los derechos logrados a base de mucha lucha y mucha sangre derramada los estamos perdiendo por días. Y que nadie proteste. En la puerta de todos los lugares hay millones de personas, y en ellas la generación más preparada de la historia, por cola, esperando que alguien les ofrezca lo que sea con tal de ganar unos euros para sobrevivir. Y encima, el que está trabajando lo hace con miedo porque puede verse mañana en la calle. El comunismo fracasó y quedó el capitalismo reinando a sus anchas. Pero como nada es eterno en esta vida, el capitalismo también fracasará. Del cómo, cuándo y qué vendrá después no estoy seguro. Lo único que sé, como cuenta el refranero, es que cuando un hombre se ahoga, da patadas.





domingo, 15 de abril de 2012

Y QUEREMOS QUE NOS RESPETEN EN EL MUNDO

El poder es el poder y al poder se le teme. Y los poderosos, para doblegar al pueblo y no perder sus grandiosos privilegios, tienen las armas de persuadir mediante la propaganda y la mentira, y a quienes no se dejen, pagarles con la persecución.

            Y así, cuando un señor Rey de España, país que atraviesa uno de sus peores momentos, y a quien representa, en lugar de estar trabajando de día y de noche para dar ejemplo ante tantos parados, funcionarios con sueldos recortados, pensionistas que después de haber estado currando durante cincuenta años apenas les llega para pagar la luz, viudas que pasan hambre, más de dos millones de familias que no tienen ningún ingreso, centenares de miles de usuarios de los comedores de Cáritas..., va y se va de vacaciones al quinto pino, para nada menos que matar elefantes, esos animales tan crueles y peligrosos que amenazan sin cesar a la humanidad, y, haciéndolo, caer él rompiéndose la cadera. ¡Qué mérito tiene eso de matar elefantes con un rifle de precisión desde un montón de metros, escondido en parapetos blindados! ¡Qué heroicidad! ¡Qué orgullo! ¡Qué hazaña! ¡Cuánto honor esa foto junto al bicho abatido!

            Pero como el poder es el poder, y el poder engaña y tergiversa y manipula y hace la noche día... pues ya ha puesto su máquina persuasiva a funcionar. Y sale el doctor que lo ha intervenido y nos aclara, por si no lo sabíamos, que el Jefe del Estado “es un paciente muy duro, que apura a los médicos para recuperarse rápidamente y poder reincorporarse cuanto antes”. Para redondear la faena con estas palabras: “Nos llama la atención su espíritu de sacrificio”. Y luego sale también, cómo no, el Príncipe diciendo que la majestad de su padre ya está deseando salir del hospital para volver a su actividad. Lo que el gran doctor y el buen hijo no aclaran es a qué actividad se refieren. Pero, la verdad, ya todos nos hemos quedado más tranquilos. También nos han dicho que la Infanta Elena ha ido a visitarlo y que pronto lo hará la Princesa con sus dos hijas. Ya más tranquilos aún. Y todavía más si cabe al saber que la Reina, que también anda cerca, es decir por Grecia, celebrando la Pascua Ortodoxa con su familia, porque los otros suyos de aquí no están por la labor de celebrar la aburrida Pascua Católica, según dice un importante periódico nacional, sin sonrojo alguno: “Está informada absolutamente de todo y habla continuamente con el Rey por teléfono”. Continuamente, vamos, sin descanso, sin parar, casi sin respirar... Y ya, claro, todos más tranquilos aún, hasta  aplaudimos gozosos. Y si hay alguno que no, pues que tenga cuidado, que no le van a dar premios ni honores, y si se descuida, tarde o temprano, puede que hasta sea uno más en la larga lista de los gloriosos contempladores del sol de los lunes o un asiduo a los comedores de la Iglesia, cuando no un pobre exiliado.  

            Mas, después de todo, no hay mal que por bien no venga, por lo que don Urdangarín se estará frotando las manos, y don Marichalar, ídem, y don Froilán de todos los Santos ya habrá perdido el miedo a que su abuelo se enfade con él, porque los ha unido, desde el dolor y la sangre derramada, más que nunca y para siempre, una misma heroica afición... Y la bandera republicana ondeando en el ayuntamiento de San Sebastián.

Y luego queremos que nos respeten en el mundo. 

martes, 10 de abril de 2012

NOCHE DE VIERNES SANTO EN ÚBEDA

Después de no llover durante meses, fue llegar la Semana Santa y el tiempo pareció venir con sed de fastidiar. Y así llevamos ya algunos años. Hay quien dice que es porque Dios está harto de tanta parafernalia externa y tan poca fe en el corazón. Y puede ser, pero lo sucedido en Úbeda en la noche del Viernes Santo, donde la lluvia cayó justo cuando todas las cofradías estaban en la calle, también vino a ser una lección del sentimiento de muchos, de arrojo, de coraje, de angustia, de verdadera penitencia, de amor cofrade. 

Emotivo fue ver cómo muchos presidentes, y directivos, y hermanos luchaban contras las inclemencias, sin importarles el agua ni el dolor ni la pena que los embargaba. También algunas bandas permanecieron fieles. Se vivieron momentos impresionantes, emotivos, sorprendentes... Palios mojados, cristos bañados, túnicas y uniformes empapados...

Puede que todo esto haya dejado ciertos desperfectos en al patrimonio cofrade, pero todo se arreglará. Y los titulares volverán a procesionar con el mismo o mayor esplendor de siempre. Yo, hoy, pocos días después del golpe traidor de la lluvia en la noche del Viernes Santo, más que con la crítica, me quedo con la entrega de muchos, con su valentía, su disposición y su fe... Y me quedo con el convencimiento de que a nadie se debe culpabilizar de que se procesionara por las calles. Porque ya otras veces se ha suspendido la General por la inestabilidad del tiempo y luego, tras no llover, se ha pedido a gritos la dimisión del Presidente de la Agrupación de Cofradías como si se tratara del político de turno que los ha dejado sin el botellón del fin de semana. Tampoco se puede poner en duda la continuidad de la Procesión General. Desde hace años ya algunos lo vienen intentado desde un extraño afán destructivo y que, ahora, visto lo sucedido, será la excusa perfecta para aferrarse aún más en sus posicionamientos. La General sigue siendo la lección magistral del pueblo de Úbeda a sus gentes en la noche más terrible del año, la máxima expresión de la unidad de un pueblo que acompaña nada menos que a Cristo que es enterrado y yacente. Es el evangelio en movimiento, la palabra de Dios hecha plasticidad, arte y singularidad, una de las pocas cosas que nos quedan como propias, ya roto el orden procesional que nos diferenciaba y nos distinguía. La Procesión General ha de seguir teniendo lugar en Úbeda, porque si algún día acabará, nuestra Semana Santa no será otra cosa que una más del montón, una mala copia de la original que nos llega de otros lugares que sí luchan por mantener su propia idiosincrasia. La Procesión General no puede, por lo tanto, perderse, porque si se pierde, Úbeda, que ya ha perdido no pocas de sus grandezas, habrá perdido definitivamente gran parte del alma que le queda. 

jueves, 1 de marzo de 2012

DE LA ADOLESCENCIA Y LOS MÓVILES

Hace unos días pronuncié una conferencia en Jaén titulada “Adolescencia y valores perdidos”. Difícil edad la adolescencia y más en el mundo de hoy.

Pero aclaremos que el hecho de que estos chavales sean díscolos, rebeldes y difíciles de entender es cosa que viene de milenios. Ya Sócrates decía que: "Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos". Y es más, en una vasija babilónica del siglo XI a. de C. aparece la siguiente inscripción: “La juventud de hoy está corrompida hasta el corazón, es mala, atea y perezosa. Jamás será lo que la juventud ha de ser, ni será capaz de preservar nuestra cultura.”

Lo que quiero decir es que las características de la adolescencia han sido y son siempre las mismas, lo que varían son las circunstancias. Y en las que ellos andan viviendo son demoledoras: una sociedad sin valores, hedonista, superficial, irresponsable, insolidaria, cómoda y atada a las nuevas tecnologías: televisión, ordenadores, videojuegos... y móviles.

Al día siguiente de la conferencia me llamó una madre llorado. Su hija de trece años la tenía sin vida porque es imposible que pueda dejar ni por un instante el móvil. "Siempre con ella, constantemente en su mano, tecleándolo con una rapidez sorprendente, viendo no sé qué, mandando mensajes..., y así mientras se viste, pasea, ve la tele, desayuna, come o cena... Y cuando alguna vez ha intentado quitárselo, se ha vuelto loca, pataleando y llorando amargamente, desbordando un raudal de ira por los ojos..."

El móvil es un invento extraordinario que puede servir para hacer mucho bien, pero también es una droga cuando se usa mal. Y eso están haciendo muchísimos jóvenes de hoy, usarlo mal, convertirlo en su propia cadena de esclavitud, en su triste ceguera, en una droga capaz de apartarles del mundo y de la vida. El joven ya no sabe relacionarse si no es apor medio del móvil. Algunos están en un mismo parque y se andan comunicando a su través mientras contemplan el mismo árbol... Una pena. Y no hay manera de que lo comprendan. No hay manera de que acepten que nada hay más hermoso que la libertad, la libertad de no estar atado a nada ni a nadie y menos a un aparato que te controla.

La señora acabó diciéndome, un poco más calmada: “Supongo que usted me comprenderá, porque estoy segura de que usará el móvil, no como mi hija, sino como lo usamos todos, con cabeza”. Lo que no se esperaba es que yo, en el año que corremos, le respondiera: No señora, es que yo no tengo móvil.

           
 

miércoles, 15 de febrero de 2012

ESTAMOS EN CARNAVAL

Estamos en Carnaval. Esa fiesta en donde por unos días don Carnal, tan desenfrenado y calavera, vence a doña Cuaresma, tan casta, triste y penitencial. Un don Carnal, por cierto, que cada vez le roba más tiempo al reinado de su contrincante. Y es que en el mundo en que vivimos ya bastante Cuaresma tenemos a lo largo del calendario con el paro, la corrupción, el IRPF, el IVA, las contribuciones, la gasolina, los políticos, los garzones, los camps, los gúrteles, los undargarines y los eres andaluces... 

            El Carnaval llega y así, al menos, disfrazamos nuestro dolor diario de decepciones, miserias y cabreos para sentirnos, aunque sea por unos días, reyes de nosotros mismos y soñar que somos lo que no somos, siendo los que de verdad queremos ser.

Para ya, siéndolo, decir lo que sentimos, lo que nos duele, lo que no nos gusta... Como yo digo ahora en estos versos carnavaleros referidos a mi pueblo que son mentiras de verdades:

                                    El Carnaval ya ha llegado
disfrazado de pirata,
con garfio en la mano zurda
para pinchar a quien pasa;
con pañuelo en la cabeza                                
y de madera una pata;
con los ojos al acecho
pese al parche que a uno tapa
(el libre para la crítica
y el tapao para la guasa);
con cuchillo entre los dientes
y la pistola cargada
para apuntar contra todo
lo que bien le venga en gana.
“Adiós, que no me conoces”,
y balazo que dispara.
Y que nadie se moleste
ni se pique, que ajos traga.
Así que aguante el alcalde
y los mandamás que mandan
si les dice cuatro cosas
merecidas y ganadas:                          
que esta ciudad asombrosa,
tan de amor, tan enigmática,
tan alta..., va para abajo,
sin sentido y descuidada,
con baches, manchada, fría,                           
injusta, politizada,
dividida, indiferente,
perdida en cerros de escarcha,
con cagadas de mil perros
que vas pisando si pasas
por las calles Patrimonio
de esta Humanidad no humana.
Y mucho cuento y mentiras,
y mucho ser de fachada,
y mucha envidia cochina,
y mucha nobleza vana,
y mucho recelo oculto,
y mucho clavo en la espalda,
y mucha desidia en todo,
y muchos robos que sangran,
y no siempre son pikikis,
que muchos son gobernanza
machacándonos a impuestos.
Y mucha música y danza
venida del extranjero
por todos subvencionada,
y poca ayuda después
para creadores de casa.
Y muchas torres e iglesias,
y mucha parafernalia,
y mucho procesionar,
y mucha Semana Santa,
y mucha gente en la calle...,
pero poca fe sembrada,
y poco amor al hermano,
y poco Dios en el alma.
El Carnaval ya ha llegado
con su disfraz de pirata
para a mí también decirme
que vaya mala comparsa,
y peor si es chirigota,
porque maldita la gracia.
Así que largo de aquí,
largo de largo que larga,
que me vaya al quinto pino
a donde pueda hacer gárgaras.

            Y mientras las hago, señoras y señores, que ustedes lo pasen bien disfrazados de Carnaval. Y que lo disfruten... sin enfadarse.

jueves, 2 de febrero de 2012

O SE ARREGLA O SE LÍA

            Esto sólo tiene dos soluciones: o se arregla o se lía.

            La sociedad no puede, cada día, y por mucho más tiempo, soportar esta desmedida e imparable hemorragia: en enero 177. 470 parados más y 283.684 cotizaciones menos a la Seguridad Social. Y ya son, al menos, 2.000.000 de parados sin prestación.

            Pero es que llegará un momento en que los otros casi cuatro millones de parados también dejarán de cobrar el mínimo montante que les dan para apenas comprar algo de pan y un poco de tocino. Las pensiones, de igual modo, están por los suelos y los sueldos en la mínima... Y, para colmo, una perezosa clase política, que sigue sin vergüenza abrasándonos a impuestos y derrochando a manos llenas, que no corta las subvenciones para millonarios y vagos chupones, que no se recorta ninguno de sus privilegios y que no para de inyectar miles de millones en las venas avaras de los bancos para que los beneficios de unos pocos no dejen de multiplicarse hasta el infinito. Autonomías creadas para anidar enchufes y dar cabida a los amiguetes de los amiguetes. Cargos y más cargas, con sus correspondientes secretarios, subsecretarios, secretarios de los secretarios y subsecretarios de los subsecretarios, directores, consejeros, delegados, presidentes, chóferes..., y todos, sí todos, hasta los miembros de la familia real, inmersos en la misma tela de araña de la corrupción, la mentira y los intereses creados, porque si bien puede que algunos de ellos no se lleven un euro, sí saben que otros se los están llevando y callan, para seguir en los cargos y no dejar de pisar las moquetas. La obra cumbre de Jacinto Benavente debería ser una asignatura obligatoria en las escuelas.

            Pero de seguir esto así, de verse el pueblo cada vez más hundido, más pobre, más denigrado, y a pesar de que lo intenten adormecer con el sexo, la bebida, la telebasura, el fútbol y el desarraigo de los valores, llegará un momento en que el castillo de naipes se derrumbará y lo mismo que Spanair ha caído de repente, caerán otras cosas y, ante tanta pobreza y necesidad, vendrán las revueltas, y la delincuencia aumentará, y el malestar y la desconfianza se harán insostenibles..., y todo ello, inmerso en el caldo de cultivo del hedonismo sembrado, la mala educación, el egoísmo, la incultura de fondo reinante, el asfixiante desbarajuste y la oscuridad que trae el futuro..., dará lugar a que se líe el lío sin que nunca sepamos bien hasta qué consecuencias.

            Así que, o se arregla la situación, poniendo todos de nuestra parte (y los que nos mandan los primeros), o, tarde o temprano, se liará el lío en el que ya confiesa vivir Rajoy.

viernes, 27 de enero de 2012

LA FALSA IZQUIERDA

Cada vez me cuesta más entender a esta sociedad nuestra. Cada vez entiendo menos a la derecha política, capaz de mentir nada más llegar al poder, pese a que se escuden en que ellos también habían sido engañados. Pero a quien entiendo cada vez menos es a esta izquierda capaz de no aceptar nada que no sea lo que ellos quieren. Hablan de libertad y son los que menos la aman. Cuba es una isla de esclavitud, prostitución y cárceles en manos de un dictador maniático, y no sólo lo defienden sino que le ayudan. Corea del Norte es un campo de concentración militarista en donde el pueblo muere de hambre, de miseria y de miedo, al tiempo que llora a gritos, no de pena, sino de ceguera y desesperanza, y ni una sola voz de la llamada progresía se alza para condenarlo. Dicen estar con la justicia y no están de acuerdo en la despolitización de la misma ni con la separación de poderes. Si juzgan a uno de los suyos van y se manifiestan escandalosamente para presionar a los jueces. Si sale inocente, imponen el lema de que los veredictos han de ser acatados, y si alguien expresa una opinión opuesta no es demócrata. Si, por el contrario, sale condenado, van y se rajan las vestiduras y despotrican contra todo y todos. Mas cuando el imputado no es de su color, todo lo que no sea condenarlo es mafia. Tampoco, tan dados, dicen, a la igualdad de la mujer y sus derechos, hacen nada a favor de las mujeres que andan denigradas y condenadas por ciertas religiones y regímenes. Y ahí va siempre un grupo entre socialistas y comunistas, muy orgullosos de serlo, que se las dan de artistas, cantantes, poetas, escritores e intelectuales, alimentados a base de talonarios con la firma de la subvención, muchos de ellos tan hipócritas y poco coherentes que a la hora de la verdad no sólo viven en los barrios de los ricos, al mismo nivel y derroche que ellos, sino que son capaces de dejarse seducir por los cargos que les ofrecen los fachas cuando no por los destellos de largarse a vivir a todo tren en el reino imperialista que tanto dicen despreciar.

            A mí, desde hace mucho tiempo, las palabras me dicen muy poco. Lo que me convence son los hechos. Y ellos, los de esta izquierda adulterada que ha traicionado los verdaderos valores de nuestros abuelos que andaban oprimidos por el hambre y el caciquismo, cuando no por la humillación constante del poderoso, no me convencen por muchas películas partidistas que hagan y muchas canciones protesta que canten y muchos poemas ininteligibles que compongan y muchas novelas interesadas que escriban y muchas soflamas a favor del aborto que expresen y mucho laícismo que profesen... Ellos no convencen ni a ellos mismos, por muchas ropas de marca, estilo andrajoso, carísimas por cierto, que se pongan, y poco se afeiten ellos, y muchos pelos en los sobacos se dejen ellas. Pero lo peor es que algún día la Historia, esa Historia que se escribirá desde la sensatez y rectitud de la perspectiva del tiempo, los despreciará y los expondrá como ejemplo de lo que nunca debió ser la izquierda, no ésa de Rusia, China, Corea del Norte, Cuba, Laos o Vietnam..., y menos esa suya, de la que se aprovechan y viven como reyes, sino ésa verdadera en la que creían y por la que luchaban honestamente muchos de nuestros antepasados y que les hacía soñar con la vida, la libertad, la justicia, la fraternidad y la igualdad... Igualdad no por abajo, desde la penuria, la incultura y la mediocridad para todos, sino desde las más altas cimas de la individualidad para hacer una humanidad más sabia y mejor.