domingo, 27 de noviembre de 2016

AMOR SIN TIEMPO

Desde hace meses el grupo de Teatro MARANATHA viene ensayando la puesta en escena de una nueva obra teatral escrita por mí.

Se trata de una obra titulada “AMOR SIN TIEMPO”, en la que pretendo reflejar la grandeza de un amor sin límites entre un hombre y una mujer que, en unidad, han podido superar infinidad de obstáculos a lo largo de toda una vida, pero no la alambrada final que alguien, con poco conciencia, levantó entre sus corazones. Alambrada que puede separar dos vidas destinadas a estar juntas pero no a desunirlas, porque las espinas sólo pueden abrir y doblar el fuego en su base pero no impedir que las llamas se sigan juntando en las alturas.

“AMOR SIN TIEMPO” es por lo tanto una obra teatral con vistas al mar de los sentimientos, una ventana que mira más allá del alma e invita a quienes están al otro lado de la habitación a un brindis de amistad que también, aunque sea por segundos o por años, siempre tiene mucho de respeto, de gratitud y de amor.

En la escena, sin decoración precisa, porque estamos a la vez en lugares y fechas diferentes, verán la grandeza de un amor que desde el comienzo quiso ser eterno, navegando en medio de los egoísmos, los intereses, los cotilleos, las ambiciones y también los engaños de quienes rodean el círculo de la asfixia, unos queriendo y otros sin querer, pero todos arrastrando el barco de la luz al océano de la tristeza y de la muerte, donde sólo en la otra orilla de las olas está el abrazo sin fin en el que ya no existe el cuchillo que corta, sino tan sólo el lazo que une para siempre.

Hay, en la obra, por lo tanto, mucho de comedia pero también de drama. Mas, sobre todo, lo que hay es romanticismo y mucha, muchísima poesía. Y todo ello con la intención de ir a contracorriente en este mundo de ahora, donde el idealismo no tiene cabida y la lírica se ve cursi, donde la fidelidad, la educación, la bondad, el perdón, el altruismo, la vejez, la enfermedad, la esperanza, la fe… se desprecian y donde, incluso, el deseo de seguir vivos lejos del espacio y del tiempo se considera de locos ignorantes.

Pero MARANATHA sabe pasar de todo esto, porque desde que se creó representando “Cristo viene”, su misión no ha sido la de ser política y socialmente correcta, sino la de volar en libertad e independencia, la de fomentar valores, la de ahondar en el fruto sin quedarse en la cáscara, la de ayudar y estar al lado de los pobres, enfermos, necesitados…, la de hacer palpar el cosquilleo de la sangre y hacer sonar la campanilla que nos recuerda que también hay en nosotros, además de la carne, un misterio que es imposible ver pero sentimos. Comprendemos, no obstante, que hay otras realidades diferentes y otros comportamientos distintos, igual que reconocemos y aceptamos que hay personas e ideas que andan danzando en otros senderos, que si bien puede que no compartamos, sí que respetamos, siempre que no siembren el dolor y la muerte, porque, en el fondo de la existencia, nadie tiene en sus manos la verdad absoluta de las cosas.

El estreno será en Villanueva del Arzobispo, Teatro Regio, el sábado, 17 de diciembre a las ocho de la tarde, al precio módico de cuatro euros que se destinarán en su integridad para ayudar a las obras del templo de San Andrés. ¿Y por qué en Villanueva? Porque así lo ha querido una Asociación de Mujeres “Alfa y Omega”, que han mostrado interés e ilusión a raudales, pero también porque lo he querido yo, en cuanto Villanueva me dio su amor cuando llegué a ella siendo apenas un joven dispuesto a enseñar y encontré que me enseñaron. Me enseñaron a soñar, a reír, a crear, a vivir…, a amar.

A amar… en un AMOR SIN TIEMPO.

domingo, 13 de noviembre de 2016

RIZAR EL RIZO

Estamos llegando en este mundo a lo esperpéntico. Ahora resulta que un presunto artista va de misa en misa acercándose a comulgar en la mano hasta juntar, de una en una, la cantidad tan suficiente de Sagradas Formas como para escribir en el suelo de una presunta exposición, y de una manera gigantesca, la palabra “PEDERASTIA”. Y ante la correspondiente denuncia presentada, un juez más que presunto archiva la causa diciendo que no hay delito contra los sentimientos religiosos y de odio, ni graves ofensas contra la fe cristiana y libertad religiosa, y para justificarlo, el elemento judicial expone en su auto que la palabra “pederastia” se escribió con “objetos blancos y redondos de pequeñas proporciones”. ¡Qué inteligencia preclara! Felicidades, señoría. Y nada más enterarse de la decisión del juez va el amigo presunto artista y escribe esto en las redes sociales: “¡No nos calla ni Dios!” Genial. Eso sí que es rizar el rizo.

Lo mismo que pasa aquí cerca, en Úbeda, con una cooperativa en la que faltan algo así como veinticinco, treinta o cuarenta millones de euros, vamos, que ni se sabe, porque cada vez si dice una cantidad distinta. Y cuya solución para recuperar el dinero perdido de los socios consiste, prácticamente, en que ellos mismos lo pongan, y el que no lo ponga se le denuncia. Es algo así como el panadero a quien le llevan sacos de harina para que haga un pan y resulta que cuando le piden cuentas va y dice que si quieren pan que les traigan trigo, y no ya a sacos sino a carros. Y además por narices, porque si encima se niegan a llevárselo, los amenaza con denunciarlos al juzgado. El colmo. ¿No tendría que ser al revés, que quien tendría que ir primero al juzgado es él por haber metido las manos en la masa y habérsela comido? Esto sí que es también rizar el rizo.

Y ya más que el colmo es que bajo a las oficinas donde un empleado anda leyendo el periódico y otros dos mandando mensajes graciosos por el móvil en cuanto lo delatan las sonrisas picaronas que veo en sus caras duras, y voy entonces y pido a quien pueda de ellos un certificado de poca importancia para un trámite corriente, y me dicen que me pase dentro de ocho o diez días. “Pero señor, si el certificado sale por la impresora en cuanto le dé al botón de mi nombre en el ordenador.” A lo que me respondió el eficiente empleado: “¿Pero es que no ves lo muy atareados que estamos?” Y no me caí de espaldas como en el tebeo por vergüenza. La que ellos, no tienen. Y porque fui e hice un mal gesto de disconformidad ya ni me saludan al cruzarse conmigo por la calle. ¿Pero dónde estamos llegando? Y es que esto ya no es rizar el rizo, es tener el rostro, el corazón y el pelo de hormigón armado y querer hacer bucles después de secarse al sol del mes de agosto. ¡Qué desastre!