Que los medios de comunicación nos manipulan lo saben hasta
los más ingenuos. Muchas veces, con noticias falsas. Otras, con medias
verdades. Las más, adulterando contenidos. Y claro, nos manejan, nos dirigen, nos
utilizan, nos hacen pensar y actuar como ellos quieren… Basta que necesiten
hacer fructificar una idea, imponer una forma de comportarse o venderte un modelo
para que lo consigan en un par de telediarios y tres programas cualesquiera de
la televisión.
Comentarios, la inmensa mayoría, agrios y duros… Comentarios
a pie de calle grabados para luego, el realizador o director seleccionar y
poner en pantalla lo que interese… Pues bien, sabe cuál de ellos fue el elegido…
Les cuento: mientras se daban noticias e iban apareciendo imágenes inconcretas
de lugares solitarios, de jardines a la sombra, de las Ramblas sin que se vean
jamás las víctimas, porque eso puede herir la sensibilidad de los pobres y
sensibles espectadores, cuando –otra forma de manipulación más– no dejan de saturarnos
diariamente hasta anestesiarnos con películas del tres al cuarto, llenas de
secuencias violentas, masacres, mutilaciones, sangre y terror… Mientras salían imágenes inconcretas de
lugares –decía–, de repente apareció la reportera a pie de calle preguntando a
una señora entrada en años que, en tono sereno y pausado para que se le entendiera
bien, respondía: “Este atentado de
Barcelona, como antes los atentados en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y
otros lugares, es una barbaridad, todos son una barbaridad, vengan de donde
vengan…, los hagan quienes los hagan, así sean musulmanes como cristianos…”
Y es que claro, no había caído yo, los atentados terroristas
con inmolación incluida llevándose por delante en nombre de no sé qué dios a miles
de inocentes, lo hacen unas veces los musulmanes y otras los cristianos, alternativamente,
según va tocando, de oca a oca y tiro porque me toca…
¡Pura manipulación! ¡Indigna manipulación! ¡Asquerosos
manipuladores!
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