No sé ustedes, pero yo he llegado a la conclusión de que la
misión de nuestros políticos no es otra que la de engañarnos, conclusión a la
que ya en el siglo XVIII llegó Voltaire, cuando dijo que la política es el arte
de mentir a propósito. Nos dicen ellos que el paro disminuye y que los brotes
verdes son árboles. Pero no es verdad. El paro es menos porque son cientos de
miles los inmigrantes que han abandonado España para regresar a sus países de
origen, y cientos de miles los jóvenes que, cargados de títulos, masters y
conocimiento de idiomas, han emigrado por diferentes países del mundo en busca
de un pan que aquí se les niega. Cualquier joven que pasa unos meses recostado
en un sofá, cansado ya de echar currículos que, conforme se dejan, van a la
papelera, no tiene más remedio, si no quiere volverse loco o convertirse en una
momia, que el de salir fuera, aunque sea a la aventura. Yo he visto cómo en un
centro comercial de Cash & Fresh en Córdoba, abierto al público hace muy
pocos días, aparecían, para cajeros y empleados de servicio, infinidad de
currículos en el que algunos solicitantes hacían constar que sabían tres
idiomas. ¡Qué tremendo!
Y de nuevo
la prueba la tenemos aquí mismo, en nuestra ciudad. En donde con motivo de la
próxima apertura del Hotel de lujo Palacio de Úbeda, se han recibido, con el
fin de obtener un puesto de trabajo, nada menos que más de 11.000 solicitudes
para tres o cuatro decenas de empleos. Un hotel que será la joya de la corona
de los ricos, que, por cierto, debido también a la crisis, todavía son más
ricos que antes, en cuanto a que quien más tiene en tiempos de miseria más
poderoso es, pues se aprovecha de la bajada de los precios, especialmente de
los inmuebles, y se aprovecha, desde sus negocios y empresas, de los bajos
salarios; y sin protestar, oiga, porque hay esperando en la puerta una fila
interminable que da tres vueltas a la manzana.
Me alegra
que en Úbeda se abra un hotel así, un hotel boutique cinco estrellas gran lujo,
de este modo veremos coches impresionantes por nuestras calles y sabremos lo
que son señoras y señores de verdad. Y por todos sitios se hablará de que en el
lugar donde no hace mucho había un convento y colegio de monjas, ahora hay
termas romanas con el confort del siglo XXI, y habitaciones y suites asombrosas
con sorprendente decoración personalizada, y manjares exquisitos de alta
cocina… Y más. Tanto que, hasta la Iglesia, siempre al lado de los pobres, le
cederá el templo de San Pedro para que en ella se realicen actos culturales y
religiosos. No sea que los pudientes necesiten de cultos. Que ellos también
tienen derecho a ir al cielo, faltaría más.
Lo que hace
falta es que tan grandioso hotel tenga éxito y sea necesario aumentar la
plantilla y así tengan que emigrar menos personas al extranjero. No va a ser
fácil. Úbeda es tan maravilla como enigmática y, en su misterio, es siempre
imprevisible.
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