Me da pena y dolor este mundo nuestro de las editoriales. Empresas que
lo único que buscan es el dinero. Lo de menos es si se crea o no literatura, si
los autores tienen o no talento, si son justas o no con las decisiones que
toman. Dinero y nada más que dinero es lo que las mueve, lo que las motiva, lo
que les interesa.
Aquí se escriben muchos libros. Nada más que al premio Planeta se
presentaron el pasado año 453 novelas. De las que se han publicado dos. Casi
todas las demás no verán la luz, acabarán
en un cajón después de ser despreciadas una y otra vez por no interesar.
Yo mismo he leído libros manuscritos que me han remito amigos que me
han maravillado. Libros llenos de belleza, interés, profundidad, mensaje…,
obras hermosas. Libros por todos sitios en prosa y en poesía que son verdaderas
joyas, pero que se quedan ahí, perdidos, olvidados, muertos para siempre.
Libros redactados por personas de gran cultura y alto nivel intelectual,
eruditos y llenos de originalidad, escritos por hombres y mujeres que vienen
dedicando toda una vida a la lectura, a la formación, al conocimiento de la
lengua, a viajar, a llenarse de experiencias, al estudio, a la reflexión...
Personas llenas de talento, de chispa creativa, de sentimientos vivos, de
valores, de arte, de elegancia… Hombres y mujeres que mueren sin ver su obra
publicada, sin que nadie sepa de ellos, sin huella dejada porque no han tenido
la suerte de estar en el sitio oportuno en el momento justo…, o porque,
sencillamente, no han querido romper el cristal de la moral y la honestidad y
pasar al lado oscuro, no han querido venderse por nada, negándose a convertirse
en piltrafas, en marionetas en los programas basura para relatar y vender sus quehaceres
sexuales, sus miserables adulterios, sus puteríos, sus desvergüenzas, sus
infames bajos instintos, sus más repugnantes intimidades, sus gritos, robos,
corruptelas, infamias, mentiras, sus asquerosidades…
Porque si haces esto, si te acuestas con el primero que pasa y lo
grabas y lo ve todo el mundo, y encima tu pareja lleva la cornamenta del toro
watusi y para colmo eres tertuliano o político deslenguado, entonces sí,
entonces no es que te publiquen el libro que tenías escrito y guardado en la
estantería cubierta de polvo, sino que te piden, te imploran que lo escribas, y
ponen a tu disposición a todos los “negros” que quieras, y te lo rematan encuadernado
en piel, y te lo presentan con todos los honores, y te hacen una campaña
publicitaria que alucinas, y te lo venden en todas las librerías que existen, y
te lo colocan además en primera línea, en el mejor escaparate, en la más
privilegiada estantería… Como ha sucedido con muchos famosillos. Como le ha
sucedido a la genial Olvido Hormigos, prudente y educada maestra de escuela además
de honrada concejal socialista de toda la vida, abnegada madre y esposa,
heredera de Cervantes, Quevedo y Juan Ramón Jiménez, inteligentísima narradora
y poeta… Como le ha sucedido a este dechado de virtudes que tiene la cara más dura
que el cemento. Que debido a sus impresionantes méritos en al arte de la baja
carne ya tiene su novela a la venta y puesta en todas las librerías del mundo,
esperando le concedan además, al menos, el Premio Princesa de Asturias de las Letras.
Y viene ahora el pobre e ignorante Pérez Reverte a quejarse porque la han
puesto a su lado, detrás de ella, rogándole al Corte Inglés que, al menos, no
se la pongan encima; a lo que ella le responde que no se crea superior y que es
un machista. ¡Toma ya! Para que aprenda el analfabeto, mediocre, retrógrado y
facha creador del Capitán Alatriste. Y es que Hormigos no podía haber soñado
llegar tan alto ni Reverte llegar tan bajo… Ni la Literatura Española llegar a
tocar el fondo tan putrefacto de las cloacas. Pues nada, que sigan.
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