Llamadme como queráis
pero tomo la bandera
de mi amadísima España
y la elevo con orgullo
más allá de las palabras.
Y grito que este gobierno
roza ya la fantochada.
Y no miro si es Pesoe
pactando con los proetarras
(que aún llevan, por más que callen,
de sangre el alma manchada),
los comunistas Sumar,
los que lidera Yolanda,
que más que sumar dividen,
los de esa Esquerra tan rara
de la Cataluña histórica
que dice es Republicana,
los Podemos que no pueden
ya ni salir de la jaula,
con un puñado de alpiste
donde ni pían ni cantan,
los del Peneuve tan cínico
que solo buscan la pasta,
o esos otros de la zurda
como Batzarre Navarra,
Compromís, Izquierda Unida,
Más País…, lo que haga falta
con tal de a ver lo qué pillo
y alzar muros de distancia.
Y no miro si es Pesoe
quien con todos estos pacta.
Allá ellos, en su pecado
llevan la pesada carga.
En su derecho que están,
si quieren pactar, pues valga.
Yo lo que miro y desprecio
es que vayan y lo hagan
con un señor perseguido,
que escapó por puerta falsa
a esconderse en Waterloo,
viviendo la butibamba,
prófugo de la justicia,
más de derechas que Fraga,
supremacista, golpista,
malversador, chotacabras…
Porque no es pactar con él,
es que viene a ser quien manda,
que vengáis aquí, queridos,
a mis pies y a mis demandas:
que si nación, amnistía
(sean violentos de algaradas
o corruptos millonarios,
qué más da, son de otra raza,
todos limpios, unos héroes,
y encima con amenazas),
referéndum, que nos vamos
porque así nos da la gana
y nos ayuda un tal Putin
y otros de mala calaña,
condonación de la deuda,
observadores sin causa,
persecución a los jueces,
competencias por la cara,
aniquilar los poderes,
romper con la democracia,
fuera el Rey que paró el golpe,
al exilio sin tardanza,
desigualdades, rupturas,
ambición insolidaria…,
y dinero, más dinero,
que la pela nos encanta.
Todo un golpe de nuevo
que nadie ya se esperaba,
cercenando libertades,
convivencia y esperanzas.
¿Qué socialista de bien,
de esos que dan la batalla
por la igualdad de las gentes
sin castas privilegiadas,
honesto, justo y veraz,
puede consentir la infamia?
La infamia de aceptar esto
por siete votos de plata.
Y aquellos que lo consienten,
lo apoyan o lo reclaman,
ni vivales, ni palmeros,
ni políticos, ni nada,
sencillamente, vendidos,
traidores donde los haya.
No creo que Pedro Sánchez esté soportando toda esta tormenta de insultos, de odios y de rencores varios por convicción ideológica y política. Más bien lo hace en aras de su interés particular. Esto parece un axioma irrefutable.
ResponderEliminarCreo que el precio a pagar por pactar con indeseables es demasiado alto.
Lo malo de todo este cuento es que las alternativas, si se celebraran elecciones de nuevo, inspiran muy poca confianza a otra gran parte de la sociedad española. Porque España, y no nos podemos sorprender por ello, está dividida en dos bloques: Los unos… y los otros.
Lamentablemente, los versos de don Antonio Machado aún siguen vigentes en España en pleno siglo XXI: "Españolito que vienes al mundo..."
Saludos.