miércoles, 16 de noviembre de 2011

ROBOS

Cada día que pasa hay mayor necesidad. La pobreza empieza a verse a nuestro alrededor. Personas que deambulan pasando físicamente hambre, buscando en los contenedores de la basura... Pero al mismo tiempo, cuando paseas por las calles y plazas principales, ves cafeterías y restaurantes repletos de un público pudiente... Y todo esto me trae a la memoria una época atrás, que creía superada, aquel tiempo de cuando los señoritos y los nobles andaban en los casinos, ataviados con lujosos trajes, o llenando salones de baile y teatros acompañados de damas distinguidas que llegaban en fastuosos carruajes..., mientras el populacho se quitaba el hambre a bases de miserables jornales, cuando no a bofetadas...

            De nuevo, ricos y pobres, clase media disgregándose, resquebrajándose. De nuevo abismales diferencias sociales. De nuevo personal ganando mucho dinero y gente sin trabajo ni subsidio, al amparo de la familia cuando no de la caridad. De nuevo negocios y entidades que aumentan ganancias día a día y por cuya ambición de superar los enormes beneficios del año anterior son capaces, no ya de subir tarifas hasta hacerlas desmesuradas, sino de robar. Y con el robo asfixiar aún más a los que menos tienen.

            Y de robos ando ya cansado. Me roba el Ayuntamiento con sus abusivos impuestos, los aparcamientos, las elevadísimas contribuciones, la tenencia de vehículos, la cochera de mi casa, el alquiler de algún inmueble público... Me roban con la luz, el agua, la basura..., que suben una y otra vez en lugar de bajar pese a estar las cosas como están. Me roba el Estado con la renta, los alimentos, el coche, la gasolina, los ahorros, la nómina, el tabaco, el alcohol, la herencia, las carreteras, el arrendamiento, con el iva..., el aire que respiro. Me roban los bancos y demás entidades bancarias con su avaricia desmedida. Me roban los políticos con su clamorosa corrupción, llevándose parte de mi dinero por las claras oscuras. Me roba la Sociedad General de Autores. Me roban los que hacen servicios, que sólo por llamar a la puerta ya tengo que abonar un plus. Y me roba, sin vergüenza alguna, la empresa de teléfonos, y además de manera doble, ya que cada vez que llega la factura al domicilio hay que reclamar, porque siempre, siempre, sin excepción, se han equivocado a su favor, nunca en contra (¿se imaginan cuánto roban cada mes si a todos los clientes les cobran lo que a mí y no protestan?). Y hasta me roba el supermercado, la tienda de la esquina y el bar donde me tomo una caña con los amigos, pues rara es la vez que, al solicitar el tique y comprobarlo, no me han cobrado de más...

            Y no tenemos conciencia. Porque yo, que nada entiendo de economía, hasta puedo aceptar que, pese a la horrenda crisis, los precios suban algo, con suma moderación, en cuanto la ambición de los ambiciosos es siempre ciega, pero lo que no puedo entender ni aceptar es que suban de manera abusiva y encima roben. Esto no sólo es indigno y despreciable es, sencillamente, canallesco, de juzgado de guardia. ¿Pero quién va al juzgado cuando la cantidad que reclamas está por debajo de los 400 euros que la ley indica como delito?

Qué listos los que hacen las leyes. ¿No serán, mayoritariamente, los mismos que, de una u otra forma, nos están robando a todas horas?

1 comentario:

  1. Desgarrador y sincero pensamiento expresas en este artículo.., de tanto robar, ya nos roban hasta el Amor y la Amistad..., pues tenemos que dejar de lado estos valores y seguir caminando sin volver la vista atrás...,
    ¡pero cuánta verdad expresas!..., ¡que bien lo dices con la claridad de pensamiento que tienes!...

    Un abrazo amigo Ramón
    José

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